miércoles, 27 de julio de 2011

El dedo que mata (II)

Guillermo Quartucci durante el histórico juicio. (Foto: FM del Pueblo)
Por Guillermo Quartucci (*)
   
Saludo desde aquí a Graciela Bertón, a quien sólo conozco por haber escuchado su estremecedor testimonio en el Juicio Oral de la Subzona 14 llevado a cabo en Santa Rosa en 2010. No me extenderé demasiado sobre el incalculable valor y valentía de esta nota, la primera proveniente de una de las víctimas indirectas de los nefastos acontecimientos que han marcado de manera indeleble la historia de Jacinto Aráuz, junto con la masacre de los anarquistas en huelga de 1921, ambos teniendo como escenario principal la comisaría local.
Es en esa misma comisaría, no me cansaré de decirlo, donde personalmente fui torturado, hecho que generalmente no se menciona en las crónicas. El Puesto Caminero es el que se cita como escenario de los tormentos físicos a que fueron sometidas las víctimas, pero también en la comisaría se torturó y hubo testigos: empleadas que preparaban café en la cocina (donde se mantenía a los secuestrados) mientras se burlaban de ellos, como una tal Negra Arellano que había llevado ese día a su nieto o nieta (Claudio o Claudia), testigo temprano del horror desatado por los genocidas.¿Dónde está esa gente? ¿Dónde están los empleados de la comisaría que fueron testigos de estos aberrantes hechos? ¿Ha pasado algo con el comisario Gauna , René ‘Chaleco’ Giménez y otros que participaron en la represión? Graciela tiene, como es entendible, el pudor de no dar nombres cuando se refiere a los “buchones” del pueblo que desencadenaron esta pesadilla y se siguen paseando ufanos por el pueblo, protegidos por la impunidad.
Los archivos judiciales del Operativo Aráuz, sin embargo, mencionan con claridad el nombre de esos buchones, pero extrañamente ninguno de ellos fue citado a declarar en el juicio, habiendo sido su colaboración con los represores fundamental en los hechos. ¿Se los llamará alguna vez a rendir cuentas? Al día siguiente de mi declaración ante el tribunal, el Diario La Arena de Santa Rosa reprodujo en un párrafo lo siguiente (mis palabras son las que están entre comillas): El testigo [Quartucci] dio seis apellidos: "El que empezó con toda esta historia y la campaña de desprestigio fue Ricardo Rostán", un productor agropecuario que falleció y que era el padre del ex senador radical Néstor Rostán. También mencionó al “matrimonio de Irma ‘Chiquita’ Rodríguez, que era la directora de la Escuela 33 (primaria), y Gregorio Matir. Ellos veían ‘rojo’ en todos los rincones del colegio”. Ambos viven. Quartucci citó además a un tal Goi, que sería Adelmo, ex juez de paz, al “farmaceútico (Omar) Munuce” y al “veterinario (Rubens) Garciandía”. Los dos primeros están muertos. (La Arena, 29/09/2010) ¡No permitamos que la verdad sólo se conozca a medias!


(*) profesor de Historia del Instituto José Ingenieros de Jacinto Aráuz en 1976, detenido y torturado en el operativo. Logró fugarse del puesto caminero de esa localidad.

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