jueves, 14 de julio de 2011

El dedo que mata

(Foto: Crónicas del Fuego)
La infamia y la traición se nutren del rumor y se condimentan con la envidia y la impunidad.

  • por Graciela Berton
Uno puso el huevito, el otro lo juntó, uno más le puso la sal, otra lo cocinó... y este pícaro gordito...

Similar a este juego infantil se sucedieron los hechos preliminares a ese 14 de julio de 1976 en mi pueblo natal de La Pampa, Jacinto Arauz, cuando un ridículamente exagerado despliegue de armas, “efectivos”, móviles y “especialistas en tareas especiales” vino a romper la paz pueblerina e irrumpió violentamente en la vida de unas cuantas familias, entre ellas la mía.
Mucho se ha escrito y hablado acerca del terrorismo de Estado, y en este caso concreto puedo decir con orgullo que –gracias a la incansable labor de compañeros/as que nunca bajaron los brazos- se ha logrado que la Justicia caiga sobre algunas de las personas que participaron de esa orgía del horror. Es un principio y un gran avance.
Sin embargo, a mi entender, muy poco se ha profundizado sobre el fenómeno del denunciante local, esas personas que -hoy todavía impunes- comenzaron una campaña de rumores y acusaciones que les sirvieron en bandeja a los servicios de inteligencia de la provincia de La Pampa y también de Bahía Blanca los “argumentos” necesarios para llevar adelante las atrocidades cometidas.
Porque ahí está -para mí- la clave del "Nunca más!", ya que siempre han existido y seguirán existiendo grupos que están dispuestos a ensangrentar sus manos atacando un “objetivo” que le han dicho que hay que eliminar, mano de obra a disposición del mal. Y de esa horda se sirven los mentores, los que nunca tocaron la picana que le ponían en las encías a quien era el rector de mi colegio, Carlos Samprón; ni jamás vieron como mi padre,
Samuel Ezel Berton, se debatía en sus últimos estertores bajo la aplicación del submarino seco… pero que fueron la herramienta imprescindible para que eso ocurriera.
Esta gente no tuvo que comparecer (todavía) frente a ningún Tribunal, nadie (hasta ahora) los fue a molestar con preguntas incómodas, su cuenta aún no está saldada. Estas personas no tienen rasgos especiales ni aspecto monstruoso, eran y son vecinos del pequeño pueblo de Jacinto Arauz, que en ese momento no llegaba a los 1000 habitantes y que se cruzaban diariamente con nosotros. Algunos fallecieron, otros siguen ocupando cargos respetables dentro de la comunidad. Entre ellos, hay hermanos de la Iglesia Evangélica Valdense, fe que profesamos con toda mi familia.
La hipocresía de esas personas no tiene límite. Todos y cada uno de ellos/as son culpables de las atrocidades que cometieron las fuerzas combinadas que actuaron ese 14 de julio de 1976, culpables de que bebés hayan tenido que crecer lejos de sus padres y la causa (indirecta, por llamarlo de alguna forma) del cáncer fulminante que se llevó a mi padre con tan sólo 54 años, a principios de 1984, cuando el sol de la democracia empezaba a calentar de a poco los corazones.
A partir del 2003, las víctimas de la dictadura y sus familiares comenzamos a andar un nuevo camino de esperanza, y se ha recorrido un buen trecho. Sin embargo hoy, a 35 años de aquella nefasta fecha, reitero el reclamo de juicio y castigo para todos los involucrados y responsables, incluidos los civiles que hicieron posible que la dignidad de personas absolutamente inocentes y de altos ideales de vida fuera pisoteada y su vida, destruida.
En memoria y en solidaridad con tantos/as compañeros/as que quedaron en el camino y otros/as que aun avanzan: ¡que se haga justicia!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gerardo Martínez aparece en el número 2798 de la llamada “Nómina del personal civil de Inteligencia que revistó en el período 1976-1983”.


Ese listado se hizo público tras un decreto del 2010 en el que Cristina Kirchner ordenó a las Fuerzas Armadas que desclasifiquen los nombres de los espías que habían revistado en sus filas durante la última dictadura militar.

A simple vista, el nombre pasa desapercibido entre tantos otros: Gerardo Alberto Martínez. Está ubicado en el orden número 2798 de un listado inquietante: la llamada “Nómina del Personal Civil de Inteligencia que revistó en el período 1976-1983”, es decir, el de la dictadura, según publica hoy el diario Clarinete y otros del interior.

El Martínez del puesto 2798 tiene el DNI 11.934.882. Eso sí dice. Se trata entonces del secretario general de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), uno de los sindicalistas más poderosos del país, ex secretario general de la CGT, cargo al que aspiraba volver con el impulso de la presidenta Cristina Kirchner. El pasado de agente civil de Inteligencia durante gobierno militar era desconocido.

Ayer, el sindicato de los Trabajadores de la Industria de la Construcción y Afines (SITRAIC), la CTA opositora y diferentes organizaciones de Derechos Humanos presentaron una denuncia penal contra Martínez: piden que sea detenido y se lo someta a declaración indagatoria por haber sido integrante “del Batallón 601” que “fuera definido judicialmente como asociación ilícita en el marco del conjunto del plan criminal genocida implementado por el estado argentino en la última dictadura militar”.

Los querellantes, que presentaron su escrito en el juzgado federal de Sergio Torres, reclaman además que se investigue puntualmente si Martínez cometió crímenes de lesa humanidad relativos a los casos de los 105 detenidos-desaparecidos de la dictadura que eran afiliados a la UOCRA. Según fuentes gremiales, Martínez entró justamente en el sindicato que hoy lidera en el año 1978. (De los Diarios de ayer)
Este informe del ultramenemista Martínez, que tuvo gravitación durante el gobierno del Turco y durante el tratamiento de la Ley de Flexibilización Laboral de la Alianza, apareció sin pena ni gloria... semejante BUCHONEO al que la cúpula dirigencial sindical local y nacional de la C.G.T, no repudia...ni dice nada (¿?) Miran para otro lado como perro que pateó la olla. "Los gordos" aspiraban a cargos en el Proyecto Nacional y Popular... pero abuela Cristina, persuadida, les hizo pito catalán.

Anónimo dijo...

Tambien con semejante prontuario, quién confía...? Moyano, es tan empresario como Macri. Temo del primero, mimetizado dentro de la Historia del Movimiento Obrero, puede ser un Vandor, un Coria, un Rucci...con un proyecto personal capitalista disfrazado de Lula(...)!?, como él se compara(...)con una rala barba ceniza, torpemente dejada.
En cambio el Macri (des-bigotado) es la punta de lanza del Monopolio neoliberal,es el extremo del iceber de la Derecha que sueña, remontarse a la nostalgia menemista, de la privatización a ultranza.
Los dos, juntos o separados, son de temer,´cualquiera puede inclinarse a realizar causa común con Duhalde; pero ya, estaríamos hablando del 2.014!!!. Cristina dixit: "Sigan mamando" emulando al Gran Diego.
Chau, un abrazo...Vizcaíno

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails