jueves, 2 de junio de 2011

El papel del final

El papel de Rubén Hugo Marín fue patético, impresentable, ridículo. Esta vez como presidente del Consejo del Partido Justicialista.
El veterano político que manejó la provincia de La Pampa a su antojo –hasta que otro “nenardo” se la arrebató; junto con los subsidios, la mayoría en Diputados, las fundaciones, el chorro de guita de “arriba”, el partido, los punteros y la repartija en general– tuvo que salir a legitimar, desde el triste rol que el barbado piquense le determinó, el mamarracho en que ya se han convertido las elecciones internas para poner un candidato a intendente. Que de por sí tendrá la no muy bonita tarea de intentar recuperar el gobierno municipal, tarea harto compleja, sobre todo porque en ésta el FrePam aparece bastante más ordenado. 
Dijo el octogenario ex patriarca, canchero, tratando de explicar la marcha atrás en la proscripción de Jorge Lezcano: “los peronistas siempre arreglamos. Creo que era más formal que de fondo (la causa de la impugnación). Se facilitó que participara de un proceso interno. El problema formal no puede ser impedimento para participar”. Lamentable.

El problema “formal” al que hace referencia, era nada menos que la ley del partido.
Pero más lamentable resulta verlo a Marín manejado como una marioneta, cuando siempre fue él el que tuvo los hilos en los dedos. Es la penosa imagen de un boxeador acabado que arregla una pelea por tres chirolas.
Como si le sirviera para disimular el bochornoso rol que le toca en la última hora, el trenelense anunció que la resolución “salió por unanimidad”. Y es cierto, porque cuando el que manda es uno solo, la única posibilidad es la “unanimidad”.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

En la jerga pujilística, ese tipo de arreglos "resignados" (No le queda otra), se llama "tongo", por tres chirolas. Pero no se lo ve tan mal perdedor, dado que dejó a la posteridad, una Escuela del Nepotismo Clásico, con una legión de colegas y de alumnos que siguen sus sagradas enseñanza. Se escribío en algún blog: ¿Ahora tendremos que soportar a Taquito, por mucho más tiempo...? No deja de ser una maldición o profesía macabra, dificil de desmentir.El marinmenemismo no esta muerto, aunque sus líderes pasen a Cuarteles de Invierno. Viendo lo ocurrido en esta última semana, se observa que el marinmenemismo goza de buena salud. Hoy, a la tarde, el impresentable, innombrable Tereso, ha presentado su caterva mesiánica de algún bunker trasnochado y nostálgico, en memoria de "la Caída". Dicen ha muerto el "rey", viva el rey (...)" Se referirán al cadaver político del Tío? Hummmm.

Anónimo dijo...

para un peronista no hay nada mejor que otro,
marin lo aprendio...y por eso cumple su triste rol.

Anónimo dijo...

No sé quien escribió este artículo pero quien haya sido vive dentro de un termo. Marín le ganó la pulseada a Verna en Santa Rosa y lo obligó a ir a una interna. Verna puso con su dedo a Larrañaga y Marín, viejo, choto y todo lo que quieran les hizo dar marcha atrás. Fisgones, un amistoso consejo, dédíquensé a otra cosa!!

Anónimo dijo...

No entiendo: más abajo en "Los chupa verna" dicen que todo es un armado de La Arena. En este artículo están a favor de la bajada de Lezcano y defienden a Larrañaga adhiriendo al argumento de la presentación tarde. Realmente insultan la inteligencia de los que los leen. (Ultimamente no publican nada de lo que les aporto, no me interesa, sé que lo leen los gansos que editan y no tienen respuesta) Sigansela mamando a Leo y su moto.

Anónimo dijo...

¿Marín le ganó la pulseada a Verna? No entendés nada de política, y menos de política peronista. A Marín no le queda otra (porque quiere seguir jugando, en vez de irse a disfrutar lo ganado "con el sudor de su frente y las de sus parientes") que legitimar el mamarracho del PJ, como dice en la nota. No le ganó la pulseada a nadie, tuvo que poner la trucha para que haya "internas" y no sea un desastre peor como cuando les ganó Torroba. Para mi el análisis está bien. Y además nadie se dio cuenta.

Anónimo dijo...

Marín "cayó en desgracia" cuando la 125 y su apoyo a la Patronal Rural y la remató con ganarse el mote de "buchón" en el Juicio de la Subzona 14. Ahora trata de deslizarse en una "retirada decorosa", como corresponde a tradición del Gran Padrino. Consolidar y allanarle el camino a Espartaco, afianzar a sus hijos, yernos y nueras, de por vida,y disfrutar de sus nietos en la ancianidad. Nada más.Es cierto dejó el huevo de la serpiente en sus coterráneos, el cliché de política feudal,en la digitación de intendentes. Verna es su mejor alumno y continua sus pasos... el menemismo, en La pampa, sigue vigente...

Anónimo dijo...

de qué otro modo sino patético, puede ser el final de quien ha dicho "no pongo las manos en el fuego por nadie".
No podrá integrar espacios saludables ni su vejez.

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