domingo, 10 de octubre de 2010

Bebedores entrenados

El lateral de la cancha responde al ácido olor del vino. Las manos de Milton se resuelven. Sudorosas tantean la bocha. Busca sus ojos en la brumosa nochecita. -Dale che, paspado, que no es ajedrez grita el Lucho. Milton relame la respuesta fugaz en la contestación de su lengua viciosa. -Chupame bien un huevo. Ni bien termina de decirlo la parábola de la bocha revienta en la tierra y se escapa por el fondo sin tocar nada. El bochín queda solito, solo, como prendido al piso de tierra. Sebastián prende un Particulares y sirve otra ronda de vino. Levanta la damajuana en señal de triunfo. -No le podes pegar ni a esta, dice desde la mesa. Milton ríe. No sé de dónde, pero en la escena aparece el magnífico escritor Joaquín Gomez Bas con uno de sus muchos personajes de lujo y pasa a ser la estrella de la humilde tertulia: Caralampio solamente. Nadie, ni él mismo, puede decir si es nombre o apellido. Bebedor exclusivo de cinzano con limón, se pasa por el esófago hasta catorce botellas los días que maneja plata. Practica una cuerda melosa y babeante. En su cráneo afeitado al rape suele asentarse un enjambre de moscas al acecho del eructo que garantice la atmósfera dulzona por donde transitan con un zumbido pegajoso. Cuando ya la penumbra de su pensamiento inútil le sobrecarga de plomo los párpados, encaja un brazo en el travesaño oblicuo que refuerza la columna de palo que sostiene el techo, y allí dormita balanceándose a la pendura con el rozamiento constante de los que se acercan al mostrador. Cuando Baldomero, ya sin clientela, decide irse a dormir, le arroja unos cuantos baldazos de agua fría de la bomba y si no reacciona incluye con vocación deleitosa media docena de escobazos certeros. Caralampio entreabre sus ojitos pitarrosos, y apenas si consigue incrustar alguna palabra que otra en la espesura de su aliento pútrido: Qué…qué…¿qué es lo que pasa? Baldomero le desempotra el entumecido brazo que lo mantiene vertical, lo arrastra hasta la salida y afirmándose como puede contra el piso alfombrado con detritus de comida, puchos y escupitajos lo lanza con empuje homicida hacia los matorrales linderos. Caralampio manotea en un fallido intento de controlar el envión, se estrella de bruces contra el barro pestilente de nocturno orines, gira sobre sí mismo y penetra en los sopores de un sueño cadavérico iluminado por los primeros azules de la aurora que se asoma por el horizonte del río. La cámara vuelve al grupo y al juego de bochas. Se divierten. La música termina. El silencio de los árboles inunda el lugar. -Enano, serví otra ronda, alienta alguno de los muchachos. El perfume de los vasos de vinos llenos ahoga el ambiente y un banquete de moscas se adueña de la mesa (acapara las sobras del costillar). Fabricio pone Obscured by clouds de Pink Floyd. El juego continua en los días de un pueblo.
Negro Vachino

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Che voya poner un comentario aunque sea estupido para darle algo mas de dinamismo a ésta página ya que cada día da más lástima.

Anónimo dijo...

Y si le piden al tuerto vega que escriba antiguedades pelotudísticas?

Anónimo dijo...

Que manera de censurar comentarios en esta pagina de miercoles, cada vez que escribis algo que a los "fisgoneros" no les gusta zasss, te lo sacan.
Chicos, chicos, lo unico bueno que ustedes tienen es a la Ceci, que es muy buena profesional y una hermosa mujer, pero todos los demás, mamita querida..!!! dan pánico por lo mediocres que son.

Anónimo dijo...

Seguila mamando Medina. Y honrá tus deudas.

Anónimo dijo...

Uh Vernon me este relato me trae a la memoria Santa Isabel No Problem y las 40 puñalas en la Cuerina ja ja.

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