Lo que no pudo Juan Carlos Tierno -aunque hay que recordar que fue el autor del puntapié inicial- él sí lo logró: la colocación de las cámaras de video-vigilancia, además en un contexto especialísimo (es el momento más exacerbado de los discursos fascistas en Santa Rosa), cosechó apoyo de algunos pulpos mediáticos y del ala conservadora de la política vernácula. Esos espacios, por ahora, parecen ser mayoría, al menos porque se atribuyen representación y tienen recursos para hacer públicas sus posiciones y potenciar la propaganda en favor de ellas.
Las declaraciones que hizo el concejal Rubén Santillán, que llegó al Concejo Deliberante de la mano de Tierno, bien podrían significar un claro mojón de ruptura en el Frente Pampeano: el ejecutivo representado por Torroba parece haber definido, en afán de sostener la gobernabilidad, recostarse sobre la política tradicional, sabiendo que tiene socios siempre dispuestos en el bipartidismo y abandonando algunas banderas que él mismo había planteado como ejes de su gestión.
No se entiende muy bien qué fue lo que movió a Torroba a definir la instalación de un sistema de video-vigilancia que todos saben no representa una real solución a los problemas de la llamada "inseguridad": quizá fue alguna presión del gobierno provincial deseoso de concretar un negocio que ya había sido adjudicado, o tal vez haya sido una respuesta sincera -aunque no por eso acertada- frente a la petición cada vez más reiterativa de quienes desde una ignorancia suprema consideran que colocar cámaras que le apunten a los boliches, al Matadero y a Zona Norte va a terminar con los robos y la violencia.
Como sea, el paso que dio el intendente de Santa Rosa debiera conducir a una ruptura del frente que lo llevó al gobierno, que no sólo fue con los partidos políticos que lo acompañaron en la lista y lo siguen sosteniendo en la gestión, sino también con múltiples sectores sociales y políticos de Santa Rosa, con ciudadanos independientes que lo votaron -desde ya- sabiendo que no iba a hacer ninguna revolución, o que en todo caso era el mal menor, pero que incluso podían pensar que ese modo de llegar al poder político local podría limitar al intendente y obligarlo al menos a que sus decisiones fueron consultadas.
Está claro que Tierno engendraba -engendra- un proyecto político diferente al de Torroba y compañía: es un líder mesiánico con prepotentes modos de actuar; que se rodeó de incapaces sin criterio propio; que avanzó sobre la libertad de expresión; que tiene antecedentes de violencia; que representa un proyecto de características claramente fascistas y un estilo arrollador, en el peor sentido del término.
La sociedad santarroseña no aguantó semejante atropello y autoritarismo, pero tampoco se resiste a determinados avances derechosos. Y la tibieza de Torroba es un buen promedio de esta comunidad: tal vez no se le ocurriría -por ejemplo- formar un cuerpo parapolicial; y a cambio, posiblemente no tendría tanto éxito un blog que se llame "Aunque parezca duro el sorete es pancho".
Pero al tomar esta decisión sobre la vigilancia, Torroba desnuda su concepción de la "seguridad", que en buena parte permite avizorar su matriz ideológica. Y la toma sabiendo que socialistas y fregenistas van a patalear. ¿Lo hizo, entonces, a propósito? ¿O es un error político de una gravedad que ni él mismo alcanzó a leer, para tomar una decisión que además no es de fondo?
Hubo socios que le bancaron a Torroba el tarifazo y otras medidas antipáticas, tal vez considerando que de veras "no había otra". El propio intendente se bancó -porque lo soportó aunque no le gustara- la sobreactuación del socialista Pepe Di Liscia al sacar la imagen de la Virgen del Concejo Deliberante.
Pero a esta altura, pasado poco más de un año de gestión, hay demasiadas cosas que no los unen.
El ejecutivo, por ejemplo, ve con buenos ojos perdonar a los empresarios poderosos y conectados políticamente que violaron el Código Urbanístico.
Las disidencias se extienden a las metodologías que se aplican para el control del tránsito.
También hay discusiones sobre la forma en que el intendente se ha relacionado con los trabajadores de la comuna.
Y mientras unos propician el cambio de nombre de la Avenida Roca otros se hacen los distraídos.
En síntesis: hay diferencias sustanciales en la visión política. ¿Hasta cuándo puede durar eso? ¿El "intendente que nos une" se está convirtiendo en el que los "desune"?
Torroba, además, fuerza algunas interpretaciones que no tienen ni ton ni son: dice, por ejemplo, que en Rosario la gestión socialista puso cámaras de seguridad. ¿Pero por qué no se fijó antes en otras cosas que esa misma gestión hizo en esa misma ciudad?
Por el edificio municipal santarroseño pasaron especialistas y disertantes hablando del derecho a la información, en favor de las ciudades amigables y en contra de las ciudades vigiladas, y sin embargo de un día para el otro Santa Rosa amanece con estructuras espantosas que la convierten en otra cosa, y que servirán para inslatar esos ojos de Gran Hermano como si fueran una solución para algo.
El intendente contradice sus propios pasos y promesas pasando por encima del Concejo Deliberante y adoptando una decisión de manera unilateral aún cuando un dictamen oficial dentro del municipio había desaconsejado la utilización de esas cámaras. Ese dictamen era de Eduardo Aguirre, no precisamente un subversivo y sí un especialista en la materia, más allá de sus pertenencias políticas o sus antecedentes.
Finalmente, Torroba parece quedar como un oportunista porque en esta ocasión no tuvo la ocurrencia de llamar a una audiencia pública para tratar el tema. Sí lo hizo cuando era preciso aplicar un tarifazo y requería voces de expertos que blanquearan la necesidad de aumentar las tarifas porque estaban atrasadas y los costos se habían ido por las nuebes.
Esta vez, la tan mentada "transparencia", el reiterado objetivo de poner en discusión todos los problemas de la comunidad, quedó en la nada: no se fue a buscar la opinión de los vecinos, ni de los conocedores de la cuestión, ni se los sociólogos, ni de los urbanistas, ni de los "especialistas en seguridad". Ni de "los jóvenes", como el propio Torroba prometió que iba a hacer el 6 de octubre de 2007, en campaña.
La decisión se tomó a solas, de un plumazo. Muy en el estilo Tierno, Torroba eligió ser vigilante.
J.P.G.
10 comentarios:
Se cortó solo y macaneando. Dijo que había una ordenanza de la época de jorge que lo autorizaba, que no era necesario ir al Concejo. Jurídica y políticamente pésimamente asesorado. El ejecutivo municipal manda al concejo temas que son exclusivos de su órbita pero,cuando tiene uno sumamente importante como son las video cámaras, lo deja afuera. Creo que esta cuestión hubiera merecido una Audiencia pública.
No hay que asombrarse tanto, era lo menos peor.
che nose si es una ordenanza de antes o no, pero es ridiculo poner camaras para combatir la inseguridad o en realidad es mentira, por que esas camaras van a cumplir la funcion de buchoniar a quienes integran alguna protesta social que haya para escracharlos o en el peor de los casos detenerlos.
a marchar por la NO instalacion de las camaras buchonas.
Acaba de opinar Soliman el diliscia.
Ah ja ja ja
hagan marchas ahora muchachos!!!
Terroba se las pone sin vaselina y ustedes contentos ja ja ja
va tar gueno santa zorra!!!
aparezcan lo blogudos!!!
giles!!!
ja ja ja ja
aguante la bolsa de gatos frepamista!!!
y ahora??? que va a decir los culturosos de siempre???
haran marchas???
agitarán los viernes???
ja ja ja
viva viva, los van a vigilar!!!
dale dale que va lindo!!!
marchas marchas ja ja ja
aumentan las tasas ja ja ja
ah!!! adelante culturales!!!
Sre Editor de El Fisgon.
Juan Pablo Gavazza
Ante el aviso por parte de un amigo y colega de este comentario, no soy responsable del mismo ya que personas inescrupulosasque no conozco ya que lo han generado en forma anonima, han utilizado mi nombre y apellido sin mi consentimiento creando un blog inexistente y dejando comentarios soeces y malintencionados en varias paginas y blogs.
Por este motivo no me pertenecen los comentarios que no cuenten con mi autorizacion de mail correspondiente.
Atentamente.
Sergio A. Signorelli
sergio.signorelli@hotmail.com
El proyecto GRAN HERMANO, desembarca en La Pampa. ¿Quiénes afirmaban que era una utopía paranoica, pensar de esa manera...? Despues viene un GRAN CENSO, comunitario... no necesariamente de la mano del tristemente célebre The Big Soret, sinó de legítimos gobiernos democráticos que condenan al fascismo. Es que la "Segura Inseguridad", es la panacea para tener controlada cualquier movilización de reivindicaciones sociales y reclamos salariales. Se agita la imagen del "agitador", com antes era la caratula del insurgente subversivo, señor vecino... todos seremos "sospechosos" de algo... la burgesía local, vive muuuuuy asustada... sino escuchen la editorial del Leo... pide mano dura... el que está muuuuy a la izquierda de su abuelo.
Algunos no pedimos mano dura, simplemente lo justo. Que cuiden a los que laburamos y a nuestros hijos. Nada más.
Y, por favor, sin excesos. Aplicar la ley, nada más.
Las cámaras no solucionarán nada. Son un gasto innecesario, y solamente una medida política para que esta ciudad fascista se sienta un poco más protegida.
El gobierno provincial y municipal brillan por su ausencia en políticas de prevención en todos los barrios.
Por ej.: capaciten a los ñoquis del CMC y mándenlos a trabajar a Villa Germinal y Zona Norte.
En vez de un Paseo de la Memoria, hagan el Centro Cultural de la Memoria en un barrio!
Apoyen a quienes estamos laburando ad honorem con los pibes!
Piensen menos en las tonterías que hacen en el centro de la ciudad "porque se ven"... y un poco más en los barrios.
Yo trabajo en la empresa que coloca las camaras y por el trabajo el gobierno esta pagando $1.567.987, dinero del tesoro provincial. Y una vez que se deposita en la cuenta de nuestro patron VIGILANT SRL, EL 30% vuelve a los bolsillos de los funcionarios implicados en la operacion. asi de sencillo.
"Ensayo general,
para la farsa cruel
Teatro antidisturbios"
(Patrico Rey y los Redonditos de Ricota)
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