El Instituto Pampeano de Educación y Socialización de Adolescentes (IPESA) sigue siendo noticia, y no precisamente buena: hoy fueron separados tres de los cuatro auxiliares, sin que fueran notificados como corresponde, y debido a que no coinciden con algunas de las metodologías implementadas por el jefe del área Terapéutica Ramón Rolón, que viene siendo cuestionado desde diversos ámbitos.
Los auxiliares –que en la escala jerárquica aparecen inmediatamente después de los responsables de cada sector– se enteraron de la decisión cuando llegaron hoy a cumplir sus tareas.
La situación generó nuevos revuelos en un organismo que viene siendo noticia desde que el mes pasado la revista El Fisgón (edición en papel) reveló públicamente algunas irregularidades, pese a lo cual ni el Poder Judicial ni el poder político parecen interesarse en la problemática.
Además, la marginación de los auxiliares generó nuevos inconvenientes, ya que las autoridades eligieron como reemplazo a un delegado sindical que les es de confianza, y que venía cumpliendo funciones de máximo responsable en el Hogar de tránsito de mujeres, otro organismo en el que se estarían produciendo anomalías de diverso tipo.
El poder del misterioso Rolón, un formoseño que llegó a nuestra provincia de la mano del ex ministro Sergio Ziliotto, venía llamando la atención de los trabajadores del IPESA y especialmente de los profesionales, que en muchos casos disienten con sus métodos.
Pero la responsable del área de Minoridad, Alicia Echeveste, lo ha respaldado tácita y explícitamente.
Rolón llegó con fama de “duro” e hizo todo por justificarlo. Por esos misterios de las conexiones partidarias y personales, pudo acceder a un contrato suculento, de varios miles de pesos por mes. Logró imponer sus modos, aunque en la anterior gestión lo habían apartado interpretando que podía resultar dañino no sólo para los adolescentes internados sino también para el grupo de trabajo.
Un empleado del IPESA contó que nota, en algunas conductas, cierto resentimiento hacia los chicos. Y que se usan la manipulación, las presiones y las amenazas como cuestiones cotidianas.
Rolón había ido a parar al Centro de Día durante un tiempo, pero hacia fines del año pasado regresó de la mano del director Carlos San Miguel. El “especialista” formoseño habría ocupado, así, una vacante que en realidad le correspondía a una licenciada que desde hace tiempo venía trabajando y que fue la única que hizo un diagnóstico detallado de la situación en el Instituto.
Como responsable del área Terapéutica, y pese a que no es profesional, tiene a su cargo a sicólogos, asistentes sociales y otros profesionales. El director San Miguel ha preferido hasta ahora hacer silencio cada vez que trascendió alguna anomalía.
A las irregularidades difundidas por la revista El Fisgón y en este mismo espacio se sumarían otras anomalías administrativas, contables o financieras, aunque la Fiscalía de Investigaciones Administrativas es otro de los organismos que no se inquieta pese a lo que está ocurriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario