viernes, 1 de abril de 2011

我慢

¿Quién no se ha preguntado o interesado por la forma de ser de los nipones? En su estilo de vida, en su filosofía, en su cultura, en sus obras artísticas, en sus películas apoteósicas o –antipódicamente– soporíferas; en su manera de encarar la vida. Sorprende -a los occidentales y más a los latinos- que los japoneses sean tan atorados y parsimoniosos a la vez. Para nosotros reside una contradicción allí, pero porque no lo entendemos.
El “gaman” (palabra japonesa que se pronuncia gah-mon) es la capacidad para soportar lo que parece insoportable, con paciencia, resistencia y dignidad, y tiene origen en el budismo zen. Se escribe así: 我慢.
Significa hacer lo mejor posible en tiempos de dificultades y mantener el autocontrol y la disciplina. También se interpreta como “a trabajar para superar esto”, y es el espíritu con que Japón afrontó los desastres de la Segunda Guerra Mundial o, en 1995, el terremoto de Kobe, que arrojó el saldo de más de 6.000 muertos y 300.000 personas sin hogar.
Por estos días, luego del cataclismo ocasionado por el tsunami del 11–M y las posteriores fugas radioactivas en la central nuclear de Fukushima, el gaman nipón está siendo puesto a prueba nuevamente.
En ocasiones se confunde este concepto-estado mental con la falta de iniciativa o con una aparente inacción; pero, como se dice, la procesión va por dentro. Además, el gaman es el trayecto pasivo y de reflexión que antecede a la concreción del objetivo (individual o grupal; esto es sumamente importante). Y se prioriza la solidaridad, el “dar”. Una persona con gaman alto mantiene sus asuntos privados y problemas dentro de su mente, porque nunca llegarán a ser prioritarios para todos, para la colectividad. No hay quejas: el otro tiene también problemas (y quizás más grandes). Es hacer nacer la fuerza y encarar el problema de raíz, inteligentemente y con mucho trabajo, para vencerlo.

Cada primavera las familias japonesas hacen ondear una bandera en la que aparece una carpa. Al igual que los salmones, las carpas son buenas nadadoras río arriba y por eso simbolizan el espíritu de Gaman.
El gaman es, en definitiva, el germen que conduce al “Ganbaru”, y que tan bien nos vendría.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

JAjajaja!!!! ¿se pusieron celosos porque el Chamaco Santesteban les demostró que sabe más de cultura japonesa que ustedes con la nota que escribió en Caldenia del domingo pasado?. Los vascos Santesteban son sus papás, les dicen lo que tienen que escribir y ustedes se escriben encima cuando lo hacen. Es como dice mi amiguo LVS: No son "Un diario sin fines de lucro", son "Un diario sin fines". Punto.

Unknown dijo...

Esta nota sobre el Gaman se publicó el viernes, Anónimo. Por otra parte ¡qué lindos amigos tenés!

Anónimo dijo...

Hace rato que el chamaco mutó a Lince, te diría... 40 años!!!

Anónimo dijo...

Capaz que escriban los diarios, hablen las radios y transmitan los canales porque hubo un tsunami ¿te enteraste?

Toño dijo...

No seas mentiroso Anónimo: nunca en la vida se le conoció un amigo a LVS. Sos vos mismo de cuerpo y narízzz!

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