martes, 4 de enero de 2011

Invierno cultural

Si uno se guía por la información que brinda el Ministerio de Cultura y Educación, la actividad terminó, pasó a mejor vida y feneció el 19 de diciembre. Por ejemplo la “agenda cultural” de las “Acciones organizadas o auspiciadas por la Subsecretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa” tiene como última “acción” un baile popular en La Adela el 19 del mes pasado y un concierto de Navidad en la iglesia Catedral de Santa Rosa. Ambos espectáculos apenas son “auspiciados” por la dependencia provincial, es decir que sólo se pone el cartelito.
En realidad, desde el martes 14 de septiembre, noche fatídica en la que el subsecretario Ángel Aimetta sufrió un accidente de tránsito al chocar el auto oficial en el que se trasportaba, en la provincia de San Juan, la repartición encargada de la cultura pampeana (la oficial, por lo menos) pareciera que ha dejado de existir: cualquier trámite, averiguación, gestión, solicitud, diligencia, etcétera, hay que hacerlo directamente en el Ministerio; como si una pequeño engranaje de la maquinaria cultural –o la falta o defecto de éste– necesariamente hiciera que el motor se detuviera. Nadie es irremplazable, dijo uno por ahí.
La solución más facilista que han encontrado nuestros funcionarios ha sido que Aimetta atienda los asuntos que lo requieren sí o sí (¿esto existe?) desde su domicilio, donde aún se encuentra recuperándose del sinistro que padeció, después de más de 120 días de ocurrido. O, en todo caso, probar suerte directamente en el MCE.
Un ejemplo: el show de Catupecu Machu y un puñado de bandas locales realizado el mes pasado en el anfiteatro fue contratado, producido y organizado por personal del Ministerio, no teniendo nada que ver la Subsecretaría, cuando es –evidentemente– un espectáculo “cultural” para el cual se encuentra capacitado el personal que allí reviste.
Otro tema a tener en cuenta es que entre medio quedaron dando vueltas varios compromisos asumidos entre la Subsecretaría y artistas, gestores, productores y otros agentes culturales. Generalmente trabajos contratados según la mal establecida metodología estatal: realizar la tarea acordada y esperar sentado a que llegue la “partida”. Bueno, ahora ni siquiera se sabe a ciencia cierta qué es lo que puede llegar a pasar con eso.
Para colmo el presupuesto destinado a la SC este año son 3 chirolas, peor que siempre.
Entonces, volvemos sobre el título: en este verano meridional ¿hasta cuando seguirá el invierno cultural?

L.G.

6 comentarios:

Mechita dijo...

Hace rato (esto lo digo con conocimiento de causa) que el ministro Torres le quiere dar un boleo de acá a la China al baboso subsecre. Pero por esos misterio de la vida, por decir de alguna manera, el tipo sigue agarrado. Es evidente que la curia tiene algo que ver. Pero más que invierno, la subse parece la antártida!!!!

ciudadana dijo...

MÁS ALLÁ DE OPINIONES Y SUBJETIVIDADES, HAY QUE SALIR A PLANTEAR Y DISCUTIR QUÉ PASA CON LOS ORGANISMOS DE CULTURA Y SU VERDADERA FUNCIÓN EN LA SOCIEDAD. EL FISGÓN PONE EN ESCENA PREGUNTAS MUY INTERESANTES. QUÉ PASA CON LOS PROYECTOS DE LA GENTE, CON LO QUE SE LES DEBE A LOS QUE YA REALIZARON TRABAJOS, QUÉ CONTINUIDAD SE PUEDE ESPERAR EN TODO ESTO. NOS PREGUNTAMOS Y ESTARÍA BUENO DEBATIR PUBLICAMENTECIUDADANA

Anónimo dijo...

Hace rato que dejó de existir cultura y el único contento con el velorio es el baboso y maltratador aimetta que cobra jugoso sueldo haciendo huevo.

Uno dijo...

Mientras Aimetta hace reposo, hay un par de avivados que curran hermosamente con los espectáculos que traen de afuera, con sus artistas propios y amigos. La "gestión cultural", o la "política cultural", o lo que sea, se ciñe a eso solamente. El fomento y la difusión de la gente de acá, mañana vemos.

Anónimo dijo...

La solucion mas facilista que han encontrado nuestors fucionarios ha (con h) sido ...

Ángel dijo...

¿Puedo decir que no coincido? Me parece que después del papelón del bicentenario, con la pirotecnia grosera incluida, la subsecretaría no se quiere mezclar más con estos asuntos proselitistas de Jorge, Torres y compañía. Esto, sumado al recorte del presupuesto, que bien está señalado en la nota, hacen que los negocios de cultura se manejen directamente desde el centro cívico.

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