lunes, 3 de enero de 2011

El mal año de Verna

En una de esas entrevistas de ocasión para fin de año, el senador Carlos Verna decidió aceptar algunas preguntas del periodismo amigo y casi sin darse cuenta soltó un par de definiciones que parecen pintarlo de cuerpo entero.

Verna interpretó que 2010 había sido un mal año, esencialmente porque –dijo– en el Congreso Nacional se habían ocupado mucho de “la política” y poco de “la gente” que es el informe colectivo con el que los poderosos suelen traspolar sus propios deseos al de un supuesto consenso social.

La de Verna es toda una definición: en su lógica, “la política” y “la gente” no tienen nada que ver. No sólo no van de la mano, sino que se contraponen.

Y es que el año ha sido malo para Verna no únicamente porque integró durante un gran lapso esa felina bolsa opositora que prometía gobernar desde el Congreso; sino porque las circunstancias lo sumieron en una esquizofrenia política que ni sus propios aliados ya pueden explicar (arrancó como furioso opositor para torpedear la designación de Mercedes Marcó del Pont y terminó declarándose “cristinista”).

Más malo ha sido el año para Verna porque aparecieron, más juntas que nunca desde el regreso de la democracia, “la política” y “la gente”.

Desde el fin del neoliberalismo más cruel la actividad política –para beneficio de “la gente” y rechazo de Verna– viene recuperando el terreno.

Para Verna fue un mal año porque la calle, a partir de la política, fue recuperada por lo que podríamos llamar pueblo, y Verna llama “gente”: la celebración del Bicentenario, cargada de contenido; las movilizaciones para que la Ley de Medios se ponga en vigencia.

Incluso la muerte de Néstor Kirchner se convirtió en un hecho político, que puso en el centro de la escena a una masa dolorida, pero también la reflexión sobre un proyecto, las herramientas para conseguirlo, los sectores involucrados, la necesidad de liderazgos y una imponente presencia juvenil, que es –menos mal– absolutamente política.

Para Verna fue un mal año legislativo porque, merced a la voluntad –que fue, menos mal, absolutamente política– se sancionó la ley de matrimonio igualitario. Esa vez Verna, junto a otros dinosaurios que con distintos sellos “representan” a La Pampa en el Congreso, votó contra “la gente”, a no ser que Verna crea que no son “gente” las personas alcanzadas por un derecho que el Estado les negaba.

Llegará un día –o no– en que el efecto derrame llegue a La Pampa y permita que “la política” desplace los liderazgos que nacen de otro lado y no de “la gente”: los tecnócratas, los amigos del poder financiero, los que propician “mano dura”, los que conciben a la política como un negocio o como una gerencia de las corporaciones.

El escenario pampa no estimula el optimismo, pero...

Verna, el dirigente más poderoso de la provincia, es representante de ese estilo y ese interés. El principal partido de oposición también.

Pero además Verna dejó un delfín que también lo es y es el padre de la tierna criatura que ahora se para en el sello de enfrente. Y además está sostenido por intendentes que le imitan y le admiran ese estilo. Y encima tiene como enemigo interno a quien ahora pretende sacar a relucir sus dotes de “animal político”, pero es el mismo que como senador le hizo un último gran favor a las corporaciones el día en que –con el gobierno a tiro de destitución– votó contra la 125, cuando de veras parecía un mal año.

J.P.G.

3 comentarios:

soliman el magnifico dijo...

che no lo critiques mucho que este malandra o el dormido de jorge o el malandrin del tio marin vana ir en la voleta junto con tu amada cristina asi que lo vas a tener que votar por que ya tienen la bendicion de SAN NESTOR para seguir robando en la pampa apoyados por banda de secuaces que trabajan de funcionarios y una banda de periodistas pagos para que los adulen todos los dias.
che cuando salis en una fonto junto al patroncito de la arena, el accionista represor y el pochoclo inflado apoyando a todos los perucas malandras.

Anónimo dijo...

son palabras de bandolero, vaciador del estado y acumulador de guita con las necesidades de "la gente".
La "política" con reflexión, debates, y crítica se encargará de los vernistas con todos los socios pejotistas que no son diferentes.

Anónimo dijo...

El flagelo de la inflación, Barba, no se corrige con la banelco. El peor flagelo son los borocotistas, a la hora de votar por el Presupuesto 2.011... Te borraste como Casildo Herrera en el 86.Somos pocos y nos conocemos, con la 125 vos te reunías con el Arco Opositor: Biolcatti, llambías y Buzzi, esperando ordenes de Manganetto.

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