Derechos, humanos y armamentistas

Sarah Palin es uno de los máximos referentes del partido Republicano (derecha) norteamericano. Fue gobernadora de Alaska y candidata a vicepresidente haciendo dupla con “Papafrita” McCain en las últimas elecciones (perdieron contra el negro Obama).

Bien al estilo yanqui, esta “señora” ha realizado unas cuantas payasadas: mató un ciervo con un rifle en un reality show televisivo, con este acto "denunció" la “hipocresía” de los grupos ecologistas y apareció haciendo campaña en bikini y con una metralleta en la mano; sin dejar de mencionar que tomó por asalto el mundo de la política autopropulsándose como ex reina de la belleza.

Bien, pero de ahí a publicar en Facebook un mapa de EEUU señalando con una mira a los miembros demócratas de la Cámara de Representantes que apoyaron la reforma del sistema sanitario impulsada por Barack Obama, es pasarse a castaño oscuro. Y si para colmo el sábado pasado, a uno de los “apuntados”, le disparan en la cabeza durante un acto político en Tucson, Arizona, llegamos al más aciago negro de negritud negrísima.

Gabrielle Giffords, de ella se trata, se debate ahora entre la vida y la muerte en el Centro Médico Universitario de Tucson. Tuvo suerte, ya que otras seis personas murieron, entre ellas un juez federal y una nena de 9 años.

El texto que acompaña el mapa beligerante de Palin dice: “Vamos a apuntar a estas carreras y a muchas otras. Esto es solo la primera parte de una lucha para elegir personas en toda la nación que sean capaces de traer sentido común a Washington. Por favor, vayan a sarahpac.com y ayúdenme en la lucha”. Evidentemente el mensaje llegó.

Ahora, luego de la balacera en Arizona, la Palin manifestó: “Odio la violencia. Odio la guerra. Y nuestros hijos no conocerán la paz si los políticos sólo buscan sacar provecho al intentar presentar a cualquiera como alguien que incita al terror y la violencia”.