Jack & Hank

Alguna vez Bukowski escribió así, esto que voy a reproducir unas líneas más abajo, en minúsculas originales, estas palabras en las que siempre tuve la sensación que el viejo Hank habla de un encuentro con Jack Kerouac. Tal vez no tenga nada que ver y sea una de esas fantasías que fermenta el placer de la lectura, cualquiera sea el texto en cuestión, cualquiera la historia. Este largo extracto vuelvo a leerlo una y otra vez y pero no tengo la certeza si de verdad son Bukowski y Kerouac pasando de todo, hablando sobre el filo de una borrachera tremenda. No sé. Busqué en Internet y no apareció nada potable. Si alguno tiene un dato fehaciente agradezco el comentario. Veracidad es lo que importa. Disfruto de ciertos pequeños hallazgos. Hace unos meses buceando la oceánica red descubrí una foto en perfecto blanco y negro de dos escritores notables de la ficción: el encuentro de Jorge Luis Borges y James Graham Ballard, copa de vino en mano el británico, charlando animadamente en un sillón, con unas botellas en el fondo de la fotografía. Pero vuelvo a este Hank escribiendo esto que reproduce un libro de Editorial Anagrama: Escritos de un viejo indecente. Y habla Charles Bukowski: 
los veranos son más largos donde cuelgan los suicidas y las moscas comen tortitas de barro. es un famoso poeta de la calle de los años cincuenta y sigue vivo aún. y tiro mi botella al canal, estamos en Venice, y Jack está refugiado aquí por una semana, más o menos, tiene que dar una lectura no sé dónde, dentro de unos días. el canal tiene un aspecto extraño, muy extraño.
-poca profundidad para la autodestrucción.
-sí- dice el él con voz de película del Bronx_tienes razón.
tiene treinta y siete años y el pelo canoso. nariz aguileña, encorvado, enérgico, desengañado, macho. muy macho. sonrisita judía. quizás no sea judío. no se lo pregunto. los ha conocido a todos. meó en el zapato de Barney Rosset en una fiesta porque no le gustó algo que dijo Barney. Jack conoce a Ginsberg, Creeley, Lamantia, etc., etc., y ahora conoció a Bukoswki:
-sí, Bukoswki vino a verme. toda la cara llena de cicatrices. los hombros caídos. parece acabado. apenas habla, y cuando habla dice vulgaridades. no parece que haya escrito todos esos libros de poemas. pero es que ha estado demasiado tiempo en esa oficina de correo. es muy escurridizo. le ha sorbido el espíritu ese trabajo. es una vergüenza, pero así son las cosas. de todos modos, sigue siendo un verdadero jefe. ¿comprendés?
Jack conoce el asunto por dentro, y es divertido pero real saber que la gente no es gran cosa, que es una farsa pajera y que lo sabes pero resulta divertido oírlo decir, allí sentado al borde de un canal de Venice intentando curar una resaca de calibre extra.
hojea un libro. fotografías de poetas. más que nada. no estoy allí. empecé tarde y viví demasiado en cuartuchos solo bebiendo vino barato. ellos suponen siempre que un ermitaño está loco, quizás tengan razón. recorre el libro. dios, allí sentado con aquella resaca y el agua allí abajo y Jack mirando el libro aquel, veo manchas claras, narices, orejas, el brillo de las páginas fotográficas. no me importa. estoy harto de luchar por cada espacio de aire libre para la mente. por eso estuve apartado de todos tanto tiempo, y ahora, al volver a ver a la gente, descubro que debo volver a mi cueva, hay otras cosas además de la mente: hay insectos, y palmeras y pimenteros de mesa, y yo tendré un pimentero de mesa en mi cueva, para reírme.
la gente siempre te traicionará.
no confíes nunca en la gente.
vamos hacia el coche. soy bastante torpe para las sensaciones , pero puedo sentir la energía de este hombre. energía, y me doy cuenta de que quizás sea posible que vaya caminando con uno de los pocos inmortales poetas primitivos de nuestra época, y luego tampoco eso importa, después de pensarlo.

Negro Vachino