miércoles, 4 de agosto de 2010
El Sol comenzó a despertarse
La NASA advirtió a los exploradores celestes que estén atentos la noche del martes y miércoles ya que debido a una erupción solar causada el pasado domingo es posible que puedan ver una espectacular aurora boreal.
El laboratorio solar de la NASA, el Solar Dinamics Observatory (SDO, por sus siglas en inglés) detectó el pasado domingo una erupción en la superficie del Sol, que estalló e hizo volar toneladas de plasma (átomos ionizados) en el espacio.
En su recorrido por el espacio el plasma se está aproximando a la Tierra y al chocar con los polos norte y sur de la magnetósfera terrestre producirá una luz difusa pero predominante proyectada en la ionosfera terrestre conocida como “aurora boreal”.
Según indicó el astrónomo Leon Golub, del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica (CFA), la erupción “se dirige derecho a nosotros, y se esperaba que llegue temprano el día 4 de agosto. Es la primera gran erupción dirigida hacia la Tierra en mucho tiempo”.
La erupción, llamada eyección de masa coronal, fue recogida por el observatorio solar que la NASA puso en marcha en febrero y ha proporcionado una serie de imágenes de gran definición en una variedad de longitudes de onda.
“Tenemos una hermosa vista de la erupción”, dijo Golub. “Y podría haber nuevas vistas más hermosa de venir, si se desencadenaran las auroras”.
Las auroras normalmente sólo son visibles en las altas latitudes. Sin embargo, durante una tormenta geomagnética puede que se generen auroras que iluminen el cielo en latitudes más bajas.
El Sol pasa por ciclos regulares de actividad y cada 11 años de promedio se produce un periodo de actividad máximo. Su último máximo solar fue en 2001, con lo que esta erupción demuestra que el Sol está despertando de nuevo.
Esta fue una de las más rápidas eyecciones de masa coronal solar registradas en los últimos años. En el video, que combina imágenes del COR1 con las del STEREO UVI emplazado en el Helios II, se muestra una súbita explosión de material hacia el exterior, seguida por una erupción lenta de una prominencia en la corona polar en otra parte del Sol. Esta eyección partió en dirección a la Tierra a una velocidad de 1.000 kilómetros por segundo.
El Sol emitió una llamarada solar de clase C, que dio lugar a lo que los científicos llaman una eyección de masa coronal o CME, que se dirigió hacia la Tierra. La CME impactó en el campo magnético de la Tierra el 3 de agosto. De vez en cuando estas eyecciones llegan a nuestro planeta. En este caso, el impacto provocó una tormenta geomagnética de clase G2, que duró casi 12 horas, tiempo suficiente para que auroras boreales fueran visibles desde Europa hasta América del Norte.
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