Nunca más

Primero da bronca. Después, duda. Uno se pregunta, se dice que tal vez, por ahí, en una de esas... Uno se quiere convencer, porque no lo puede creer, parece una joda y, desconfiado, mira despacito, de soslayo, la lucecita roja que delate la cámara tramposa. Pero no. Ni eso. Ni chiste, ni malentendido. Y uno, yo, por la dudas se vuelve, me vuelvo, a preguntar si no habrá, habré, hecho algo mal; si no me habré equivocado en algo. Porque uno sabe, uno reconoce que no se lleva muy bien con la tecnología. Entonces vuelve o vuelvo –a esta altura da lo mismo– a mirar el monitor con un poco de culpa, por ser tan mal pensando, y tipeo “nunca más”. NADA. Por las dudas tipeo “conadep”. NADA. No puede ser, me digo, y vuelvo a mirar sobre el hombro en busca de la maldita cámara. Por las dudas miro a las bibliotecarias con la intención de agarrarlas “in fraganti”, riéndose a costa de uno; pero eso es un disparate.
Resignado, me dirijo hacia el mostrador de atención y, con la mejor voz y cara de inocencia, pregunto si no tendrían el Nunca Más. La bibliotecaria, muy solícita, emprende la búsqueda cibernética, lo cual me tranquiliza y me da esperanzas. Pero no, no hay caso: ese libro no está, no lo tienen. “Qué raro”, balbuceo. Y la señora bibliotecaria cree recordar que en una lista de compras le pareció ver ese libro. Y me dirige una bondadosa sonrisa que, deduzco, debe ser traducida como: “no te preocupes, en poco tiempo va estar, mirá qué suerte”. Y no atino a decir nada. Sólo la miro, como agradecido.

Esta breve crónica es reciente, pasó el lunes o martes. A menos de una semana del inicio del juicio a los represores que actuaron en La Pampa, la denominada Sub-Zona 14. Hace veinti y pico de años que volvió la democracia y que se publicó el Nunca más. Estas fueron las palabras que sintetizaban una esperanza y, también, una necesidad. NUNCA MÁS debe ocurrir lo que pasó. NUNCA MÁS. Este libro, esa investigación, es fundamental para recuperar la memoria, saber la verdad y establecer la justicia. Pero muy difícil será si en las bibliotecas populares, si en las escuelas, este libro no está a disposición en gran cantidad. Yo lo busqué en una de las bibliotecas más importantes de la provincia: la biblioteca de la Universidad Nacional de La Pampa, y no está. No está. Parece mentira o joda, vaya uno a saber.

¿Es que nadie, hasta ahora, se dio cuenta? O peor: ¿nadie, nunca, antes, lo buscó? Me cuesta creerlo. ¿No sé lee en Abogacía? ¿En Historia tampoco? ¿Nadie? ¿Nunca? ¿Ningún docente, departamento, instituto, centro de estudiantes? ¿Nunca?
Parece joda, ¿no?
Ya me estaba yendo, cuando se me ocurrió buscar otros libros, otros autores. Puse Gelman. NADA. Puse Urondo. NADA. En realidad, sí; un libro sobre Urondo, pero de su obra... Y ya no puse NADA MÁS, ¿para qué?

Nicolás Bompadre