Marino defiende la trampa de la "unión civil"

Con la excusa de “buscar el equilibrio”, pronunciando lugares comunes, dando manotazos de ahogado con evasivas y subterfugios, considerando a la discriminadora unión civil como un “punto intermedio”, el senador radical Juan Carlos Marino confirmó que se inclinará por esa trampa legislativa para negar a los homosexuales los derechos que tienen el resto de las personas.
Marino hizo fuerza, además, para presentar la ley que ya tiene media sanción como un “proyecto K”. Dijo, en ese sentido, que el gobierno trata de impulsarla cuando en realidad “hay temas de otra urgencia”, entre los que enumeró la inflación, la falta de fuentes de trabajo y la inseguridad, aunque no aclaró qué papel podría cumplir el Congreso frente a esas problemáticas.
El proyecto para el matrimonio igualitario no es un proyecto K, sino que fue presentado por el Socialismo, que en nuestra provincia integra el Frente Pampeano (FrePam) que lidera Marino. Uno de los defensores de la iniciativa en el Senado es el líder socialista Rubén Giustiniani.
Marino también dijo que no quería ir a “ninguno de los extremos”, cuando en realidad lo que la ley prevé no es ningún extremo, sino simplemente garantizar a los homosexuales los mismos derechos que tienen el resto de las personas.
Los especialistas y conocedores de la problemática, y también las entidades que impulsaron el proyecto en debate, insisten con contundencia y variada argumentación respecto de que la maniobra de una “unión civil” no sólo no garantiza derechos, sino que es un claro retroceso respecto de la situación actual.
Marino sonó balbuceante y le costó decir qué votaría, durante una entrevista que le hicieron Carlos Mateu y Felicitas Bonavittas, en Radio Noticias. Incluso dijo, respecto de la cumbre de ayer, que tenía un “medio mandato”, sin explicar qué significaba esa figura, también tan ambigua.