La jueza de Paz de General Pico, Marta Covella, que tanto renegó en público del matrimonio igualitario, al final era re-fácil: bastó nada más que un pedido de que presentara la renuncia para que diera marcha atrás.
Flojita, resultó, para hacerse tan la católica...
La jefa del Registro Civil Irene Giusti argumentó que la funcionaria se arrepintió de la barbaridad que dijo el otro día después de hablar con su pastor, ¿pero por qué no pensar que en realidad toda su profunda convicción religiosa y su respeto por lo que supuestamente dice la Biblia quedó en la nada cuando se puso en riesgo el sueldito que cobra?
Covella, según parece, ahora está muy dispuesta a unir en matrimonio a una pareja integrada por personas del mismo sexo.
Lo que no está claro es si esas personas la querrán a ella como jueza...
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