miércoles, 30 de junio de 2010

Curiosidades del mercado Municipal

En el Centro Municipal de Cultura (CMC) hace unos cuantos meses se da una situación, por lo menos, curiosa. Por un lado se está elaborando un registro de artistas; una idea que si bien no es propia, es buena. El problema no radica en la iniciativa en sí misma, si no en el método que pretende implementarse para llevarla a cabo. Esto es enviar “mails” a los presuntos artistas que los funcionarios o responsables de la cultura santarroseña conocen o tienen a su alcance, para que aquéllos –por sus propios medios y suponiendo que les interesa colaborar con este emprendimiento– deban “anotarse” rellenando ciertos datos que están en el correo electrónico.
Primer interrogante: ¿para ser un artista santarroseño hay que tener “mail”?Quizás ésta máxima sea tenida como estandarte básicamente en el manual del periodista, pero bien puede aplicarse a otros campos: quien esté interesado “debe” ir hacia la información. También tiene que presuponerse que quien inquiere, es el interesado en esa “información”. No parece un procedimiento ni muy inteligente ni muy efectivo liberar mensajes electrónicos para que lo rebote el “artista” que quiera. O por lo menos no parece muy serio, si de elaborar un padrón del arte como la gente se trata.
A su vez, no se entiende bien o no se ha explicado bien, cuál es el objetivo o la utilidad de ese registro de hacedores de arte capitalino.
Y esto puede fundamentarse muy bien con la subsiguiente “anécdota”: desde hace unos  cuatro o cinco meses, una persona interesada en contratar a un reconocido músico capitalino, se comunicaba con el ente cultural a fin de dar con el artista. En todas las oportunidades, el o los que lo atendieron telefónicamente (de esta forma lo hacía el interesado, puesto que no vive en Santa Rosa) le dijeron que no tenían forma de ubicar al intérprete, como así tampoco averiguar cómo. El colmo llegó cuando, en la última oportunidad en que el hombre trató de dar con el artista, le respondieron –parece que en serio– que “no lo conocían”; al artista.
Quizás el o la que atendió el teléfono en el CMC (fueron varios llamados, como se dijo) no tenga ni la más puta idea de quién es Alejandro Mecca. Puede perdonarse que no sepa/n quien es este saxofonista que ha tocado con Pappo, Memphis la Blusera, El Coro Kennedy, Los Enanitos Verdes, Los Caballeros de la Quema, 2 minutos, Gonzalo Aloras, Luis Salinas, Patan Vidal, Deborah Dixon, Ramiro Penovi, Bao bads , La Sobrecarga y Palito Ortega entre otros.
Puede ser que el atendedor/a del fono municipal tampoco tenga conocimiento de que Juan Mecca, abuelo de Alejandro, fue el maestro que le dio un verdadero aire moderno y llevó a la Banda Sinfónica de la provincia a ser una grandísima orquesta y la escuela de músicos más importante de La Pampa. Puede que tampoco tenga idea de que Armando y Luis Mecca dirigieron esa prestigiosa agrupación que representa a la provincia. Hasta es entendible que ni siquiera sepa que en Santa Rosa hay una calle que –merecidamente– se llama Mecca. Puede ser que no sepa, pero también puede preguntar.

L.G.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresentables!

Héctor dijo...

Pretender que en el CMC te atiendan, te den un dato, te informen de un horario o te despejen una duda, es como pretender que Aimetta mueva el culo de la silla. Son unos inoperantes, no solo los responsables, sino los encargados, los administrativos, los que hacen los talleres, los parientes y amigos y hasta el enano que barre que te barre todo el día.

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