miércoles, 5 de mayo de 2010

Victimización y bastardeo


Por Juan Pablo Gavazza - Periodista
Desde hace ya unos cuantos días, con similar nivel de intensidad, la “opinión pública” ha sido bombardeada por referencias que han pintado como un grupo de pobres víctimas a los periodistas-estrella del Grupo Clarín. Los grandes medios y las entidades corporativas han difundido como una suerte de amedrentamiento los afiches que circularon con las caras de los cronistas más conocidos, durante una movilización para que se aplique de una vez la Ley de Medios.
Aunque el contenido de los afiches no es precisamente una amenaza –al menos en los términos de lo que se llama tradicionalmente una amenaza– se ha impuesto con creces la tesis de que la presentación de ese panfleto constituye una intimidación a los comunicadores aludidos.
Como parte de esas exageraciones y tergiversaciones, se utiliza el término “ataque” para referirse a esa pegatina que planteó una pregunta respecto de determinadas figuras mediáticas muy acostumbradas a dar la cara, que viven justamente de eso y que tienen
posiciones tomadas sobre los principales temas de interés público.
¿Es eso un “ataque”, realmente? Se ha insistido mucho en que el afiche en cuestión proviene del “anonimato”, lo cual se supone “cobarde”, o algo así. Se lo ha tildado reiteradamente de “fascista”, aunque a la hora de explicar ese calificativo faltan argumentos. Pero más allá de esos dos detalles, ¿de veras puede creerse que se trata de un “ataque”? ¿O de un “escrache”, como prefirieron definir otros, desde la intencionalidad y/o desde la ignorancia (de ningún modo una pegatina de este tipo puede ser interpretada como un “escrache”)?

MÁS PODEROSOS QUE UN LEGISLADOR
En el actual contexto nacional, y desde hace varios años, los “periodistas-estrella” de los grandes grupos –que lejos están de ser los pasantes explotados en esos mismos grupos; o los trabajadores a los que esos empresarios les niegan la posibilidad de representación gremial; o los cronistas que defienden con dignidad su pensamiento y son pisoteados profesionalmente– resultan muchas veces más importantes que, por ejemplo, un legislador. Tienen poder, influyen, fijan la agenda.
¿No es lógico, entonces, que algún afiche los refiera, ya sea para alabarles su supuesta lucha titánica contra la tiranía K o para refregarles sus presuntas agachadas frente a la apropiación ernestínica?
Los afiches mezclan un poco la Biblia y el calefón y justos con pecadores: aparecen tipos que además de periodistas-estrellas comparten intereses empresariales en el mismo rango que otros que han demostrado cierta coherencia, con otros que claramente pueden venderse al mejor postor, con otros que han hecho su aporte a favor de la última dictadura. Y así y todo, hay “periodistas” mucho peores, mercenarios, deshonestos, mentirosos, que no están en ese afiche, y a algunos de los cuales hoy se les escapan lisonjas al kirchnerismo, y seguramente que no por convicción.
El tema acá no es pro-K , o anti-K, sino algo mucho más profundo, y que excede al actual gobierno. El asunto es: ¿por qué un afiche que se limita a preguntar, sin calificar, sin siquiera agredir, es considerado de modo tan rotundo como un “ataque”? ¿Por qué razón los periodistas del establishment, además obviamente de las empresas mediáticas, no pueden ser motivo de debate público, si el rol que cumplen justamente amerita que se los ponga bajo la lupa?
¿Cuál es el criterio por el cual se puede cuestionar a los políticos, a los docentes, a los abogados, a los deportistas, a los policías, a las vedettes, a los barrenderos, a los gremialistas, pero no a los “periodistas”?

¿SE PUEDE?

La pregunta del afiche fue: “¿se puede ser ‘periodistas independientes’ y servir a la dueña de un multimedio que está acusada de apropiación de Hijos de Desaparecidos?”. Es una lástima el actual escenario de “crispación” que unos cuantos actores públicos han instalado, porque de lo contrario la pregunta hasta hubiera servido para que FOPEA (una entidad que agrupa a unos 300 periodistas para debatir su “ética”) organizara una mesa de debate con ese interrogante como disparador.
¿O hubiera resultado “fascista”? ¡¿Qué fascista?!: la pregunta está muy bien hecha. La apropiación o no de los hijos de Ernestina Herrera de Noble será, cuando se resuelva, una de las noticias más importantes de la democracia. Y es, por lo tanto, parte de la columna vertebral de este país, de las cosas que le pasaron, que le pasan y que le van a pasar. El grupo de Ernestina es el más grande y el más influyente no sólo a la hora de “informar” a los argentinos, sino también de generar negocios que involucran al Estado o de “convencer” a los funcionarios a que decidan una u otra cosa. Para el periodismo no es una cuestión menor todo eso. Y cuando se habla de un periodismo “independiente” se supone que debe ser una “independencia” de los grandes poderes, los que manejan la torta. En las provincias del interior del país que tienen vicios feudales, por ejemplo, esa “independencia” debiera darse respecto de los funcionarios que manejan el Estado. Pero nadie puede ignorar que –sobre todo a nivel nacional– hay poderes más fuertes que los gobiernos, entre ellos –y muy especialmente– el Grupo Clarín y sus aliados.
Entonces, realmente, la pregunta está muy bien. Yo, que no soy un anónimo, la hago desde la absoluta honestidad intelectual (y no como chicana, sino como interrogante que espera respuestas): ¿se puede ser “periodista independiente” y estar al servicio de la dueña de un multimedios de esas características?
Pero de eso no se habla. Porque es mucho más fácil para la tele, y para los legisladores –porque a los legisladores les encanta tomar el discurso de la tele– hablar de “ataque”, “escrache” –un término que parecía olvidado y de repente apareció tantas veces en las tapas- y, desde ya, “miedo”, otro término impuesto desde la prepotencia: miedo tiene una senadora que da quórum, miedo tienen Bonelli y Silvestre, miedo tiene Cobos de “¡¡un atentado!!”, y miedo tiene… ¡Amalia Granata!.
Falta un “no me peguen, soy Giordano” y armamos una de Narciso Ibáñez Menta…

LA DEL PASTORCITO MENTIROSO
Es increíble el modo en que desde el “periodismo” se contribuye a bastardear las palabras: “escrache”, “ataque”, “miedo”, “dictadura”, “nazismo”… y después el “periodismo” no quiere perder credibilidad, ni quiere que le hagan afiches.
Aún los periodistas cualunques de una provincia del interior entedemos que, por nuestro oficio y de acuerdo a los caminos por los que se lo quiera (y pueda) llevar, existe un inevitable nivel de exposición: un periodista está ahí, metido en el quilombo, hablando de las cosas de todos, cruzado por los intereses, con la palabra como arma y herramienta, influyendo en la opinión pública, cerca de los conflictos. Morales Solá, por ejemplo, fue elegido como “el mejor periodista” por un jurado de notables que armó la revista “Noticias”: un mimo. Esa mismo estudio/encuesta eligió a los “peores periodistas”, y nadie consideró entonces que era un “escrache” o un “ataque”, pese a que se trataba también de decisiones anónimas.
El propio sistema democrático es el que abre caminos a que los personajes públicos –y los periodistas del establishment lo son- queden bajo la lupa y expuestos a la crítica y los cuestionamientos. Es obvio que eso no implica aguantarse verdugueadas de tipos que tienen representaciones institucionales, ni amenazas, ni intimidaciones, ni golpes.
Pero justamente de eso se trata: de no bastardear las palabras. Estos periodistas-estrella no pueden decirse amedrentados por un afiche que les hace una pregunta, porque el día en que de veras alguien los amedrente, les va a pasar la del Pastorcito Mentiroso, y no sólo a ellos sino al “periodismo” en general.
No pueden, en nombre de la corporación, considerar que una pregunta es un “ataque” los mismos tipos que viven de hacer preguntas. No pueden creerse, y pretender hacernos creer que se vive un momento de mucho miedo para ejercer la tarea de periodistas en un contexto en el que –por soltar un par de ejemplos- al fin se terminó con una ley de la dictadura y al fin se anuló el delito de calumnias e injurias para asuntos de interés público.
Una cosa es tomar como tema los afiches, responderlos, cuestionarlos, considerarlos incluso un escándalo o referir a la cobardía del anonimato. Una cosa es chicanear la pegatina y convertirla en noticia, poner en el tapete un hecho que, en verdad, es menor. Pero otra cosa, de otra gravedad, es pretender que eso sea un “ataque”, describir un panorama de violencia y tratar de sembrar el terror, mezclarlo además con el “juicio ético” de las Madres de Plaza de Mayo y victimizarse al extremo de sentirse blanco de una suerte de “Inquisición”.
Dejate de joder.

LOS MIEDOS SON OTROS

Tanto se victimizan que uno termina pensando que hasta es probable esa hipótesis –que en otro contexto hubiera resultado un ridículo- de que los afiches los mandó a pegar Magnetto.
El periodismo, además, es un oficio donde los miedos pueden aparecer todo el tiempo y hay que ir venciéndolos. En este caso, la verdad, parece un miedo zonzo. Si por unos afiches pegados en la pared, planteando una pregunta, hay “periodistas” que tienen miedo, ¿qué hubiera quedado para Rodolfo Walsh y el centenar de periodistas detenidos-desaparecidos durante la dictadura?
Este “miedo” de hoy parece una farsa, pero aún cuando fuera real: ¿se justifica que el miedo de algunos mantenga en vilo a un país, que sea planteado como lo más importante que le pasa a la Argentina?
Los verdaderos miedos son otros: tienen terror, en realidad, de que un estudio de ADN grite una verdad que haga temblar a un imperio; tienen pánico de que una Ley de Medios de la democracia reparta un poco más la torta que está concentrada en pocas manos.
Esos son los verdaderos miedos, y no un afiche. Los miedos escenificados tapan otros miedos. Decía el otro día Lucas Carrasco que parece haber un miedo clase A –el de estos periodistas-estrella– y otros miedos clase B: el de los jubilados a perder lo poco que tienen, el de las familias pobres a la inflación…
Entre los periodistas (los trabajadores periodistas, que no son los periodistas-estrella) también están esos miedos clase B, pero los legisladores los ignoran: el miedo a la desocupación, a la inflación, a los bajos sueldos, el miedo a no poder informar por presiones gubernamentales y por presiones empresariales, el miedo a que los medios gráficos del interior del país se caigan porque Papel Prensa hace el juego que les conviene a los grandes pulpos y ningunea a los demás…
Pero ya se sabe: una cosa es el miedo de los trabajadores y otra el miedo de Joaquín Morales Solá, que dice muy suelto de cuerpo –para que además lo repitan todos en ADEPA, la SIP y cuanto organismo de esos haya– que teme que esta “escalada” termine mal. Y agrega que no se va a callar, aunque haya un muerto. Así lo dice, como si nada: un muerto.
Tanto repiqueteo con la sangre, el muerto, el miedo, el escrache, el ataque, parece en realidad una profunda expresión de deseos. Da la impresión de que hay sectores que efectivamente desean con todo fervor que haya un ataque, un escrache, un muerto, para después echarle la culpa a alguien y levantar el dedo acusador: “yo te avisé”.
Y ese día, seguro que la tapa de Clarín no dirá que “La crisis causó una nueva muerte”

Juan Pablo Gavazza
Periodista

20 comentarios:

Anónimo dijo...

No compres tanto lo que dicen los Kirchner Gavazza, no seas pelotudo. Tambièn vos te vas a subir al tren K donde la inflación, la inseguridad, los negocios de los amigos de los K, etc etc. son inventos de Clarín? No podès ser tan obtuso. Dejàs de ser creíble.

Juan Pablo Gavazza dijo...

Anónimo: los negocios de los amigos de los K no son invento de Clarín. La inflación tampoco.
Lo que dice el artículo -que podrías leer completo- es que este "miedo" sí es invento de Clarín y de los periodistas del establishment.
Uno de los planteos del post es que hay miedos más sensatos y reales que el que inventan estos tipos: el miedo a la inflación, a perder el laburo, a los bajos sueldos.
El miedo a la "inseguridad", al que aludís, también es consecuencia del modo en que lo inflan los grandes medios.
No debiera preocuparnos tanto eso de ser "creíble" o no, porque la credibilidad es hace mucho tiempo una construcción más marketinera que otra cosa: se puede ser muy creíble mintiendo todo el tiempo, o poco creíble diciendo la verdad. Aunque el resultado se conocer a largo plazo.
Sí me preocupa tener un criterio propio: no hay que "comprar" lo que dicen los K... pero no hay "comprar" otra cosa tampoco. Hay que pensar por sí mismo.

soliman el magnifico dijo...

che estoy de acuerdo con gavazza no hay que comprar ni lo que dice clarin, ni lo que dice el gobierno k y sus secuaces.
pero igual lo de los afiche es un error, tendria que acusar a clarin como medio y no a los periodistas que trabajan eso es de facho igual a lo que hacia la revista cabildo en la dictadura.
mas cuando algunos periodistas que traban en el multimedio se hn manifestado a favor de la ley de medios como nelson castro o los de palabra mas o menos, como tambien algunos que acusaron de ser complices de la dictadura y fueron todo lo contrario y se salvaron hadad y sus secuaces que siempre se declararon amantes de los milicos pero como ahora son k nadie dice nada.

Juan Pablo Gavazza dijo...

Solimán: la comparación de ese afiche con las barbaridades de la revista Cabildo -en su pasado y en su presente- es otro abuso. La revista Cabildo tiene un mensaje claramente fascista, simpatiza claramente con el nazismo. El afiche sólo planteó una pregunta.
Es verdad que la responsabilidad central por los manejos del Grupo Clarín le corresponden -obviamente-a los empresarios.
Pero sus periodistas-estrella intervienen en la opinión pública por sí mismos, aún como trabajadores (trabajadores privilegiados).
Estén a favor o en contra de la Ley de Medios, de lo que se trata es de que los "periodistas" no sean privilegiados que no pueden ser cuestionados como sí lo son políticos, docentes, policías, vedettes o lo que fuere.
Hadad, ahora tan kirchnerizado, es un mercenario de los medios de comunicación, un empresario periodístico de comportamientos mafiosos que enorme daño le ha hecho al país y al oficio de periodista.

Anónimo dijo...

Sería importante también la opinión de estos In-the-pendientes, que opinan de la usurpación, también (además de apropiación de niños), del Papel Prensa, obtenido por el Grupo Clarín,con accionistas secuestrados y torturados.

¿Joaquín Morales Solá, alguna vez realizó periodismo de investigación de una empresa relacionada al Papel Prensa?

¿Quién titulaba los copetes de Clarín en la dictadura?

Con respecto a los afiches, al carecer de firma/s. No amerita escrache, dado que ninguna entidad o firma se hace cargo.Hasta se sospecha de "autovictimización". Es cierto que se puede repudiar de cobarde, pero tambien a mucha gente, se le ocurre decir ¿faltan algunos más, del monopolio(...)?

El afiche (del qué estamos hablando), suple, en cierta manera al grafitti, callejero, popular y anónimo, pero con el GRITO DE UNA VERDAD... sólo que en esta oportunidad descoloca,dado que supone una "producción" paga: para imprimir un tiraje importantísimo, y una pegatina, de igual magnitud, tan extensa que cubre toda la ciudad autónoma.

Una curiosidad, ninguno de estos periodistas, se conoce que haya repudiado la muerte de los periodistas en Honduras, en manos del golpe de estado, contra Zelaya. Esto hay que recordarlo, dado que los fotografiados con nombre y apellido solicitan ahora, la solidaridad de periodistas de toda latinoamérica (...).

Gavazza en esta oportunidad, es reconocible tu entereza como periodista independiente y no es una chupada de medias, me pareció una nota bien objetiva. Cuando no ha sido así, tambien lo he dicho. en este caso felicitaciones. Un antiguo seguidor del Fisgón.

Anónimo dijo...

DEBIDO A UN E-MAIL QUE ME ENVIARON COLEGAS HACE UN TIEMPO, LLEGADO DESDE "FOPEA", DECIDI RESPONDER CON MI POSICION AL RESPECTO. "FOPEA", INSTITUCION QUE ME CONVOCO COMO PANELISTA PARA DEBATIR SOBRE LA "AUTOCRITICA" DEL PERIODISMO HACE UN TIEMPO, DONDE SE ENCUENTRAN VALIOSOS PERIODISTAS, PUBLICO UNA NOTA DE REPUDIO CONTRA UN AFICHE EN EL QUE APARECIAN FOTOS DE PERIODISTAS DEL MEGAPULPO MEDIATICO. POR ESO ESCRIBI, PARA QUE COMPARTAN O NO:
"ESTIMADOS COLEGAS Y AMIGOS:
SOLO CON EL ANIMO DE COMPARTIR MI PENSAMIENTO ACERCA DEL TEMA PLANTEADO POR "FOPEA" EN SU CADENA DE E-MAILS, GENERANDO UN DEBATE INTERESANTE, ES QUE RESPONDO EL MISMO CON SOLAMENTE MI PERSONAL PARECER.
ENTIENDO SUMAMENTE GRAVE ESTE TIPO DE HECHOS QUE PARECIESEN TENER INTENCIONALIDAD MAS QUE DE CONSTRUCCION, DE AGRESIVA DESTRUCCION. PUEDE SER QUE ASI SEA, COMO LO PLANTEA "FOPEA". Y DE SER REALMENTE ASI, POR SUPUESTO QUE EN NADA ACUERDO Y REPUDIO LA ACTITUD DE ALGUN GRUPO QUE DE ESTA MANERA DAÑA UNA MOVILIZACION EJEMPLAR A FAVOR DE UNA LEY DEMOCRATICA, CONTRA LA QUE HOY RIGE LOS MEDIOS Y LA LIBERTAD DE EXPRESION, CREADA (VAYA PARADOJA) EN TIEMPOS DE LA DICTADURA MAS SANGRIENTA.
PERO LO INTERESANTE ES QUE "FOPEA" PARECIERA DEJAR SOLAMENTE EN ESE HECHO EL DEBATE Y HAY VARIOS PUNTOS QUE ME PARECEN, HACEN QUE EL MISMO NO DEBA CERRARSE AHI.
QUITEMOS ENTONCES LAS FOTOGRAFIAS DEL AFICHE E INTENTEMOS RESPONDER UNA PREGUNTA BIEN PLANTEADA ALLI MISMO...
¿SE PUEDE REALMENTE HABLAR DE PERIODISTAS INDEPENDIENTES (NO ES UNA DENOMINACION MIA, SINO PROPIA DE ESOS MISMOS MEDIOS, QUE ASI SE AUTOTITULAN) SOBRE AQUELLOS QUE PARECIESEN DEFENDER A CAPA Y ESPADA A UNA MUJER QUE SE ENCUENTRA SIENDO JUZGADA POR UN DELITO ABERRANTE, COMO LA APROPIACION DE BEBES DURANTE LA DICTADURA?.
SI BIEN TODA PERSONA ES INOCENTE DEL CARGO QUE SE LO ACUSA HASTA TANTO SER DEMOSTRADO JUDICIALMENTE CULPABLE, ¿NO ES TAMBIEN CIERTO QUE ESOS MISMOS PERIODISTAS INDEPENDIENTES HAN CALLADO DE MANERA SISTEMATICA Y EN ALGUNOS CASOS DEFENDIDO ABIERTAMENTE, O ESCONDIDO, EL TEMA HERRERA DE NOBLE, ENTRE OTROS, QUE SON LOS QUE AFECTAN LOS INTERESES (YA NO DEMOCRATICOS) SINO ECONOMICOS Y DE PODER DEL PULPO MEDIATICO NACIONAL?.
SIN HABLAR DE LA VERGONZOSA COBERTURA QUE LOS MISMOS MEDIOS HAN HECHO POR EJEMPLO, DE LAS MANIFESTACIONES EN FAVOR DE LA LEY DE MEDIOS, LIMITANDOSE SOLO A COMENTARLAS COMO "CAOS DEL TRANSITO EN BUENOS AIRES", INVENTANDO DE ESTA MANERA LA REALIDAD, NO MOSTRANDOLA.
ENTONCES, DEBIDO A QUE SOMOS PERIODISTAS, NO PODEMOS LIMITARNOS A HACERNOS UN SOLO CUESTIONAMIENTO, ESCONDIENDONOS EN LA DEFENSA CORPORATIVA (Y EN ALGUNOS CASOS JUSTA, COMO EN ESTE DE LA IDENTIFICACION Y ESCRACHE DE PERIODISTAS), SINO A ABRIR REALMENTE EL JUEGO EN LA DEFENSA NO SOLO DE NUESTRO DERECHOS Y LIBERTADES, SINO POR EL DE LA CIUDADANIA EN GENERAL.
PERO LAS RESPUESTAS DEBEN SER AUTOCRITICAS, NO BUSCANDO CHIVOS EXPIATORIOS.

LUIS MATIAS GONZALEZ
FM IMPACTO - REALICO - LA PAMPA

www.impacto911.com.ar"

SALUDOS AMIGO JUAN PABLO.

Juan Pablo Gavazza dijo...

Anónimo del 6 de mayo a las 0.00 horas (antiguo seguidor de El Fisgón): oportunísimos los detalles señalados, tanto referidos a los afiches -como graffitis pero más caros- como a la llamativa ausencia del tema Honduras en los grandes medios. Gracias por los conceptos y la participación.
Luis Matías González, de Realicó: justamente una cosa así es lo que se plantea en el texto respecto del papel de FOFEA, que de verdad es una entidad que parece valer la pena, preocupada por la profesión y varios de sus aspectos, pero que a veces se contenta demasiado en el papel de salvaguardar los aspectos más liberales que hacen al periodismo, e incluso tomando en cuenta (demasiado en cuenta) los intereses empresariales. Aunque me consta que varios de sus integrantes proponen una mirada crítica sobre el propio periodismo, hay que pasar de los discursos a los hechos.

Anónimo dijo...

che, a los que comentan, ¿no les parece que la nota de Gavazza es perfectamente clara? ¿por que no leen la nota entera antes de opinar? cuanta verdad! los periodistas estrellas dan opinión asi que no se entiende que les moleste que haya gente que opine distinto y en desacuerdo no solo con su opinión sino con su ética (VG Morales Solá que no solo da vergüenza sino que es peligroso su comentario)

Anónimo dijo...

Me pregunto y le pregunto Juan Pablo? Es correcto englobar a todos para decir que el "Grupo Clarín...bla, bla, bla..." y no pensar también que hay nuchos que cuando conviene "juegan por izquierda" y cuando no, lo hacen "por derecha"? El Sr. encargado (Jefe?)de redacción del Periódico Lumbre ( especie de TXT coterráneo y emulador, salvando las distancias, de Daniel Tognetti)Gustavo Laurnagaray no es corresponsal de Clarín en La Pampa? Entonces a que jugamos, unos sirven a Ernestina y otros no, pero todos dentro del mismo Grupo? O el Sr. de Comodoro Rivadavia cuando escribe para Ernestina "informa", pero cuando lo hace para Lumbre "critica" abiertamente sobre el mismo tema? Coherencia con los principios se aprende, no se estudia.

Lector dijo...

Claro, pero Lauranagay también escribe para El Diario. La diferencia es que en Lumbre sí es "independiente" porque es propietario. En cambio en los otros medios es empleado. ¿De qué querés que viva? En todo caso la culpa no es de Laurnagaray.

Anónimo dijo...

Retomo el caso del periodista estrella(...), que consigan por ahí... sin cuestionar la nota de Gavazza, que por el contrario me parece impecable y está bueno este debate en torno a un abanico de miradas dispares o no.., pero que sirve para esclarecer, construir y crecer...
¿"Doña Rosa", entró de opinar de la realidad argentina o repitió lo que dijo la "Su"Gimenez y la Chiquita Legrand...?
¿Es válida la opinión de Cacho Castaña, el finado Gran Sandro, Tinelli o histéricas vedettes que requieren prensa, sobre la violencia? En todo caso...¿habría que hablar de ¿Qué violencia están hablando?.
Biolcatti y Llambías preocupado por la "pobreza", es obsceno perverso y patético ¿Quién les cree?
¿No habría que meterlo en cana a Chiche Gelblum, por preguntarse ante las cámaras sobre Qué ocurrió el 24 de marzo del 76? Es apólogo confeso del terrorismo de estado.

De manera tal que UNO espera que la Ley de Medios regule en gran medida estos aberrantes "estrellitas"avenidos a formar opinión pública... LA éTICA, debe volver a tener vigencia , la televisión se ha encargado de devaluar el concepto de ÉTICA... en boca de bocones con mucho raiting.

Anónimo dijo...

Acaba de aclararlo. Eso es exactamente lo que quería leer. Cuando se es empleado hay que hacer o seguir los lineamientos del empleador, cuando se es dueño se puede exigir. Entonces los periodistas del Grupo Clarín son empleados y si no siguen la línea editorial, según su razonamiento, de que quiere que vivan? Y eso de que no tiene parte de culpa, lo dudo, porque la coherencia a la que me refiero tiene que ver con principios de vida y Liliana Lopez Foresi lo demostró como muy pocos.

Ciudadano dijo...

Interesante debate. Acá basta que señalar que un mercenario del periodismo como Morales Solá, ha dicho nada menos que "va a haber algún muerto", acusando al gobierno.
Eso, aún para quienes atacan al gobierno de K (¿no es cierto Soliman?) es de una bajeza tal que debería ser juzgado por un tribunal de ética de sus pares y condenado.
Si algo no ha hecho este gobierno son aprietes físicos. Ni siquiera cuando estaba legitimado para hacerlo (por ejemplo desalojar rutas de "los bravos ruralistas"). Ese era uno de los grandes defectos del Perón original: te hacía cagar a palos por la policía y expropiaba el diario (La Prensa) que lo criticaba, y a otra cosa.
Meter miedo a la población con ese tipo de cosas, con la inflación (ayudando, claro está, a que todos suban los precios, por las dudas), con la inseguridad (que la hay, pero la multiplican en cada noticia), decir que estamos aislados del mundo (cuando CFK muestra permanentemente lo contrario), decir que estamos en una espantosa crisis económica (cuando basta recordar los cacerolazos del 2001 o lo que pasa ahora en Grecia) son INFAMIAS.
Por último otro ejemplo de lo que digo: Majul en la entrega de los Martín Fierro ¡pidió a los K por la seguridad de los periodistas! y un gran tipo, no K, como Aliverti, indignado contestó que en un país donde hubo chupados, torturados, tirados de los aviones y otras lindezas, no se podía livianamente decir semejantes disparates.
Seamos honestos intelectuales y no justifiquemos a los que para ganarse el puchero caen en la degradación más miserable

Anónimo dijo...

Soy el anónimo de 13:08 y 13:56. Bueno lo tuyo Ciudadano, y bueno como decís el debate que se ha originado y que si no fuera por algún mal "iluminado" que escribe algún insulto, sería mucho mejor. Lo de Aliverti también es así, pero agregaría que también dijo (creo que en 678)que no estaba de acuerdo con los escraches y el Juicio Popular de las Madres.

Juan Pablo Gavazza dijo...

Al anónimo 13.08 y 13.56 del 6 de mayo:
De ningún modo se puede comparar a un grupo de periodistas del establishment con un corresponsal del interior del país, por más que formen parte del mismo grupo empresarial.
Gustavo Laurnagaray, corresponsal de Clarín e integrante de las redacciones de Lumbre y de El Diario, es un periodista que tiene la condicición más importante que puede tener un periodista: honestidad intelectual.
Y -por otra parte- no lo vi ni en el afiche ni diciendo que tenga miedo...
Trabajar en medios de distintas orientaciones, con visiones a veces contrapuestas, no implica adoptar una doble personalidad.
Pertenecer a una empresa que tiene una línea editorial tampoco implica bajarse los pantalones. Como decía un poema -creo que de Mario Benedetti- cnvertido en canción por Pablo Milanés: uno tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.
Porque con el criterio de avalar cualquier tipo de "respeto a las líneas editoriales", estaríamos justificando una suerte de -salvando las distancias- obediencia debida.
Se puede trabajar digna y honestamente como periodista incluso en un medio que tenga una línea editorial que no coincida con la del trabajador. Salvo -claro está- casos extremos.
Pero ni un pasante explotado, ni un cronista del montón tienen en los discursos de los medios las mismas responsabilidades que los propietarios, los jefes y estos periodistas-estrella.
Los periodistas del establishment tienen enormes chances económicas y materiales de hacer su trabajo prácticamente donde se lo propongan. En todo caso, si algo pone en riesgo esa situación es la vigencia de la Ley de Medios, que -por ejemplo- en el caso del Grupo Clarín distribuirá en otras manos los 260 medios (o más) que tiene en el país.

Anónimo dijo...

O sea, en conclusión, Laurnagaray no se banca ser cronista de Clarín pero se lo tiene que fumar por unos pesos. Honestidad intelectual? Mmmm. Eso es mediocridad y falta de huevos.

Anónimo dijo...

No boludo ¿qué mediocridad? ¿Vos vivís gratis? no seas salame. ¿Vos te pensas que a un basurero le gusta juntar mierda?

Anónimo dijo...

En el paradigma del periodismo nacional, reconozco a:
Rodolfo Walsh, Ardizzone, Jorge Lanata, Horacio Verbisky, Víctor Hugo Morales y Anguita.
El resto....hummm!Falta... huevo!

Anónimo dijo...

anonimo 16:56, acabas de confesar que te dejas romper el culo por guita. Eso para mi no està bien...pero si de mediocridad se trata, hacè lo mismo que Laurnagaray. Es tu elecciòn. Hay un concepto que es la dignidad, que por lo que veo ni vos ni el payaso este conocen.

Anónimo dijo...

No es que se quiera defender al Vasco. Lo conozco a través de su pluma periodística, como un tipo de cierta coherencia profesional. Es uno de los pocos que "se jugó", dentro de la objetividad y sentido común, durante el conflicto institucional de la municipalidad de Santa Rosa, durante la malograda gestión del dr. Tierno. Cosa que muchos, a excepción de la gente de "El Fisgón" y de "Lumbre", no lo hicieron.
Y, en el tema se obseva cierta complejidad de contradicciones. Cuando observo mis colecciones de libros y cómics, de la Editorial Mopopólica, siento "cierta culpabilidad", de haber comprado a estos usurpadores de bebés y del papel prensa... pero, me digo:
"No sabíamos lo de Felipe y Marcela... ni tampoco lo de papel prensa.¿Qué voy hacer... quemarlos?".
Uno quiere suponer que Clarín, antes de Magnetto, era un diario común y corriente y lo compraba los domingos,por la cantidad de Suplementos que traía, desde lo Deportivo, la revista, hasta Clasificados... Pero cuando más leemos sobre su trayectoria editorialista de los golpes militares, papel prensa, y de los genocidas, luego de 30 o 25 años atras... vemos que está impreso con sangre de desaparecidos y nos aterra, hasta la complicidad.Y ahora en el quiosco lo esquivamos como que trae lepra o sida... Sus títulos destilan mentiras o resultan retorcidos, tanto como sus noticierosn en TN. Lo positivo de todo esto es que aprendimos a tomar posición por la Verdad y entendemos el grado de militancia que tiene la labor periodista, de esa Verdad o de la mentira más infame.

Osvaldo Ardizzone decía, que el periodista dejaba de serlo, el día que su jefe lo obligaba a publicar una mentira, a sabiendas que lo era. Debía en ese momento renunciar como periodista o mezclarse entre la mierda.

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