domingo, 30 de mayo de 2010

La sonrisa en la pared

El brillo del bronce del picaporte reluce y Juan siente que la música de David Bowie se explica en la radio. La antena busca una interrupción con la llegada de la noche y hace dieciocho grados. El viento corre oscuro y en el escritorio están todos los elementos: la herradura vagabunda que encontró en Lonquimay, un libro del viejo y querido Charles Bukowski, otro de Onetti, la caja de fósforos Fragata, el tótem portugués y una postal vieja de Matisse, Window at Tangiers que jamás supo quién la regaló. Y aparece el gato que mea en la terraza. Juan agarra el frasco de Liquid Paper y lo sacude por el espacio libre de la ventana. Oye el sonido seco, un maullido y luego ve la sonrisa de su cara infantil en la foto pegada con cinta adhesiva en la pared. Gato de mierda. Arma un porro. Prende un fósforo y lo enciende. Mira el espejo que forma la foto: un encuentro perfecto de miradas. Piensa en tomar mate y recuerda la acidez. Sonríe. Nunca mató un gato.
Negro Vachino

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya nadie te leer vachino/fisgón y al que comenta lo censuran asi que vamos mal.

Anónimo dijo...

¿Te censuran? no, gil, borran la pelotudez que escribís, que es otra cosa. Seguí con las enemas y dejate de joder.

Anónimo dijo...

aguanten las enemas del tuerto !!
y la censura de gavazza..no vaya a ser...

Anónimo dijo...

Si te sensusaron sera xq escribiste alguna pelotudez! no lo pensaste? sin embargo seguis leyendo ....... si seras.......

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