viernes, 21 de mayo de 2010

"¡Carancho!"

por Fernando Ojeda (*)
Esta no es una nota de un especialista en cine; lector aquí no encontrara nada que le refiera a efectos especiales… observaciones sobre montaje de imágenes… usted aquí no leerá una columna de un estudioso del cine.
Encontrará aquí una lectura de alguien que ama el buen cine. El cine que nos dice.
Carancho, nos convocó a una noche de cine.
Fui con una amiga a ver esta película, nos convocamos a verla. Carancho nos convocó.
Yo hacía mucho que no iba a al cine;
llegué corriendo –como en mis últimos días llego a todas partes– temiendo llegar tarde, con lo que me queda de aire.
Atravesamos la sala de espera, inundada de un invasivo aroma dulce de los pochochos recién hechos que es muy típico de los cines incrustados en los shoppings posmodernos.
No pasó mucho tiempo y nos invitaron a pasar a la sala donde se daba Carancho. Y permítame decirlo en término de protesta: ¡Carancho!
Porque después de ver esta película uno no puede hacer otra cosa que protestar, no le contaré la película, le diré lo que me dejó, me dejó una amiga shockeada, me dejó una puteada haciendo honor al gran director de cine, en el que se convirtió Trapero.
Me dejó una sensación de que en este país todos somos hijos del dolor –como diría Silvia Bleichmar–: dolor país.
¡Carancho! Qué violento es vivir… qué violento es el sistema que nos impera.
Lector, no hablo de la inseguridad que nos venden los telediarios, no hablo de la inseguridad con la que nos inundan los mass-media,  no hablo de la inseguridad que nos quiere imponer una derecha recalcitrante que ahora dice abogar por los derechos de la mayoría.
Lector, le hablo de la violencia con la que somos tratados los pequeños; los nadies.
¡Carancho! Es amor, porque en medio de tanto dolor, también hay amor.
¡Carancho! Es lucha, corazón, desafíos… duelos… utopías…
¡Carancho! Es belleza cuando una mujer se juega por amor, cuando un carancho quiere dejar de ser carroñero, y busca ser paloma, a pesar de su naturaleza –muy a su pesar–.
Un carancho quiere ser libre y apostar de nuevo a la vida y a la libertad.
Esto es “Carancho”, una historia contada por quien le habla, le escribe.
Esto es “Carancho” para mi.
Carancho una película de Trapero.

(Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Nacional de San Luis)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hmmmm! No se tratará del cholulo de Matheu?

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