Ya se lo había visto y escuchado a Eduardo Duhalde desesperado por llegar de algún modo al poder, pero más que eso a voltear el proyecto que encabeza el gobierno nacional.
A los gritos en defensa de los represores de la última dictadura, tirando a diestra y siniestra bombas verbales para atacar a los Kirchner, Duhalde acaba de dar otro paso con su grupo de tareas, al señalar como posible una alianza con el Colorado Francisco de Narváez.
En realidad no es ningún secreto, sino más bien el blanqueo de la alianza de sectores del poder concentrado que pretenden un manotazo por derecha al Estado nacional.
Esa eventual convergencia, de todos modos, tiene algunos problemas, ya que supondría que Duhalde compita por la presidencia y que De Narváez pelee por la gobernación bonaerense. Pero al mismo tiempo De Narváez viene insistiendo con sus ganas de postularse a la presidencia, aunque la Constitución se lo impide ya que no es nacido en la Argentina.
El diputado, por ahora, guarda silencio sobre su estrategia electoral. De Narváez le ganó al propio Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires, en las últimas legislativas. Otro de los aliados de ese espacio político que se está gestando es el sindicalista Luis Barrionuevo.
La desmemoria de Duhalde
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