miércoles, 13 de enero de 2010

Cuenta regresiva en Chile

El domingo los chilenos elegirán a su nuevo presidente en segunda vuelta.
La disputa es entre la Concertación que actualmente gobierna el país de la mano de Michele Bachelet (el candidato es Eduardo Frei), y la restauración conservadora representada por Sebastián Piñera.
Las encuestas (el grafiquito se lo manoteamos a Artemio López) dicen de todo un poco y aunque se prevé que puede haber alguna paridad, la derecha tiene las mejores chances según coinciden la mayoría de los analistas. Esa situación podría significar el primer giro regional en esa onda, y por lo tanto tener su impacto en el resto de Latinoamérica.
El análisis de un especialista como Pedro Brieger, pese a tener varios días de antigüedad, no se ha modificado sustancialmente, aunque en las últimas horas -por fin- apareció el joven socialista que fue una especie de vedette electoral: Enriquez Ominami, que encabezó un desprendimiento de la Concertación que se llevó el 20% de los votos en la primera vuelta, dijo que se inclinará por Frei.
Hasta ahora había mantenido silencio. El propio Ominami explicó las razones de su decisión y lo que estará en juego este domingo: "ante la coyuntura histórica, ante la incertidumbre de que la derecha pueda llegar a impedir la marcha de Chile hacia el futuro, es mi responsabilidad contribuir en lo que pueda para que esto no ocurra".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Trabajo en una concesionaria de autos y hace un par de años apareció un militar a consultar precios, mientras, ya en confianza, me contaba la cantidad de efectivo con la que iba a contar, a razón de que había sido seleccionado para una “mision de paz” en Haití, cuyo pago en dolares lo ponía en franca ventaja.
Y hoy con esto de la tragedia escucho como se llenan la boca hablando de las tareas humanitarias que llevan a cabo los 560 militares argentinos allí apostados: ESTABAN ALLÁ PORQUE EXISTE EL CURRO DE LA ONU, es decir EMPOBRECEN UN PAIS, lo llevan a la guerra civil, y luego les pagan a sus solados por cuidar a los ciudadanos que ellos mismos llevaron a la ruina. UN NEGOCIO REDONDO, donde siempre sale ganando el militante de ultradercha, el potencial mercenario.

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