¡Mamita querida!

La verdad es que la crónica que publicó hoy el diario La Reforma, describiendo barrocamente y con lujo de detalles la festividad con la que el periódico piquense cerró el año, nos hizo agua la boca. Y nos dejó con la boca abierta. No podemos evitar que ustedes compartan con nosotros ese artículo pleno de orgullo y bizarría, que es el que se publica a continuación...
Trabajadores de LA REFORMA compartieron el sábado por la noche un encuentro con el que despidieron el año por anticipado. La cita fue en el salón de APADI, al que algunos de los participantes llegaron con la demora propia de los horarios que impone la actividad, lo que no les impidió sumarse activamente al clima realmente festivo que imperó durante alrededor de seis horas. Muchos de ellos acompañados por miembros de sus familias, los presentes disfrutaron de una cena no precisamente frugal -salvo algunas excepciones-, alentados por la destacada tarea de quien tuvo a su cargo la generosa y bien “poblada” parrilla en las horas previas. Ello hizo que toda la mesura que la mayoría de los comensales insinuaba en los primeros momentos, fuera dando paso paulatinamente a una incesante demanda de atención que encontró generosa respuesta en quienes tuvieron a su cargo la invalorable misión de portar las bandejas. La verdadera fruición con que buena parte de los presentes se abocaba a disfrutar de las delicias gastronómicas, convenientemente acompañadas por libaciones que a ciertas horas de la madrugada fueron dejando de lado estilos y preferencias para dar paso a una ingesta mucho más variada, no fue menor cuando la música comenzó a sonar con volumen y ritmo de los que no pudieron abstraerse muchos de los “reformeros”, a quienes se los pudo contemplar haciendo gala de una respetable destreza danzaril y hasta un estado atlético que, en ciertos casos, fue realmente sorprendente. Así, alternando el baile con una activa sobremesa que parecía no llegar nunca a su fin, fueron pasando las horas en las que, por supuesto, no faltaron alocuciones referidas a estos singulares tramos del almanaque y alentando que el año que está por comenzar depare vivencias y situaciones positivas. Hubo también algunos sorteos, en los que un integrante de la redacción se alzó con un viaje para dos personas a otros tantos lugares turísticos entre los que podrá elegir, lo que celebró sumando su porte y estirpe de bailarín al grupo que, a esa altura de la madrugada, todavía continuaba gastando las cada vez más exiguas reservas de energía.