Feliz día que te recontra

Feliz día, dicen los mensajitos en el celular. Feliz día, dicen los mail. Feliz día, aparecen los avisos en los medios. Y feliz día en las promociones de los comercios. Y feliz día que te recontra.
El mentado Día del Amigo, una efeméride más, contribuye en su contundente modo a seguir bastardeado esa palabra. Y entonces se le desea "feliz día" a cualquier tipo que se cruce en el camino, lo mismo da que sea un cagador empedernido, un vecino de ocasión, un pariente o un compañero de trabajo alcahuete.
Y el circo sigue andando porque -por lo visto- no hay más remedio. Y entonces en las radios suena Roberto Carlos con su millón de amigos, Alberto Cortez con el amigo que se va y deja un espacio vacío, y en los medios aparecen ocurrencias inolvidables en afán de ser ingeniosos: en Radio Noticias, por ejemplo, no tienen mejor idea que entrevistar -por el Día del Amigo- ¡¡a un sicólogo!!
Y buá... el asunto es que el Día del Amigo, de tan omnipresente e inexplicable, termina volviéndose más un peso que otra cosa, un nuevo curro comercial, que además nació mal parido, porque vamos a decir la verdad: ¿qué carajo tienen que ver los amigos -pero amigos de verdad, de los que te abrazan si hace falta; de los que te prestan guita; de los que tenés que contar sí o sí; de los que te bancan tus peores de cosas; de los que te entienden con una mirada; de los que comparten la risa, el llanto y las ideas; de los que te regalan una palabra o un silencio- con la llegada del hombre a la Luna?
El llamado "Día Internacional del Amigo", en realidad, supone una anulación de todo conflicto, una especie de "todo está bien". Y en realidad un verdadero amigo sólo se descubre en medio de los conflictos. El tipo que promocionó e impuso la fecha en el país, un tal Enrique Ernesto Frebbraro, llegó a fundar la llamada Asociación Mundial para el Entendimiento, que parece una joda. Hay más gilada todavía: Lomas de Zamora, la ciudad de la que es oriundo este tipo, terminó siendo denominada Capital Provincial de la Amistad. De la amistad entre duhaldistas y narcotraficantes, por ejemplo.
Pero bueno... ¿¡qué le vamos a hacer?! En un mondo difícile como el que tenemos, en el que cualquier cosa se presta para el marketing fácil, el puterío barato y el consumo recalcitrante, el Día del Amigo no podía ser menos.
Así que feliz día para todos. Ah... ¿y cuándo se le ocurrirá a alguien crear el Día Internacional del Enemigo?