sábado, 15 de noviembre de 2008

Movete, Santa Rosa, movete


Viernes. Tardecita. No hace calor, porque hay un viento tormentoso, pero algunas cosas se parecen a las del verano: los colores, los ruidos, algunas caras. Y sobre todo, ese despertar de la indignación popular, el reclamo de Justicia, el repudio contra el abuso de poder, la decisión de que de una vez se venga abajo esa podredumbre que lleva un cuarto de siglo (por lo menos).
¿Qué pasa, volvió Tierno?, pudo pensar un despistado. ¿Es un rechazo al tarifazo de Torroba, que hace varias cosas como el otro pero más despacito?, pudo chicanear alguien más. Ni lo uno ni lo otro.
Se nota, también, que no es una marcha contra el cierre del Centro Cultural, porque no está la bandera de los artistas (y los artistas tampoco). Esta vez, la calle se volvió de los ciudadanos por los casos de Damiana y Shakira. Es un reclamo para que se haga justicia, sí; para que se vaya la jueza Cristina Baladrón, sí; para que el Ministerio de Bienestar Social se ponga los pantalones, sí; para que el gobernador Jorge deje de hacerse el distraido, sí.
Sí, todo eso. Pero más que todo eso, fue una movilización contra un sistema de poder carcomido por la corrupción y la soberbia, por el nepotismo y el autoritarismo; una movilización contra ese modo tan particular que tienen unos cuantos funcionarios de convertir los derechos humanos en desechos humanos.
Mientras en el Concejo Deliberante, a la misma hora, políticos, politiqueros, artistas y ciudadanos celebraban a su modo el cuarto de siglo del sistema llamado republicano, hubo quienes decidieron honrar esa "democracia" de otro modo, caminando las calles y gritando a los cuatro vientos que alguna vez se va a acabar, se va a acabar la dictadura en todas sus formas... Entre ellos hubo, al menos, dos dirigentes políticos, excepciones que confirman la regla: la diputada Claudia Giorgis y el concejal Marcos Cuelle.
Nadie sabe cómo termina esta historia. Pero ya está claro que la torpeza judicial y política de los casos Damiana y Shakira no son sólo la punta de un iceberg, sino un dedo en la yaga. Se está abriendo una caja de Pandora, se está destapando una olla. Y cuando eso pasa, lo mejor es andar en la calle.
Los 500 o 600 que esta noche anduvieron por ahí, que llegaron hasta la casa de la jueza para estampar con lápiz labial una consigna sencilla y profunda ("Justicia") ya se dieron otra cita: el lunes a las 19 horas, en la Plaza San Martín.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos a sacar a la jueza Baladron como hicimos con Juan Carlos Tierno. Y luego seguimos con Aimetta y asì hasta sacar a todos los funcionarios corruptos e ineficaces.

Anónimo dijo...

Los invitamos a visitar este sitio: http://www.autopistasinteligentes.org

Se trata de una campaña cuyo objetivo es la construcción de 13.000 km de Autopistas
libres de peaje y la rehabilitación de nuestros ferrocarriles.

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Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hay que sacar Alicia Echeveste y a Cecilia Capello del programa de niñez de lo contrario vamos a tener kilombo todos los meses en nuestra ciudad

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