Maldita policía

En menos de una semana el gobierno de La Pampa se volvió a mostrar ausente en la solución de los problemas que genera el estado. Cansada de esperar, Alejandra Narváez denunció en forma pública que fue duramente golpeada por la policía de Eduardo Castex.

Hace unos 15 días se reunió con el ministro Cesar Rodríguez, quien se comprometió a solucionar el problema, pero como pasó con 25 de Mayo, el gobierno no hizo nada. La joven de 31 años reclama la devolución de su casa, motivo por el que la policía la eligió como víctima de su abuso.

El 17 de agosto fue a Eduardo Castex a recuperar la casa, en manos de su ex pareja. Cuando llega es golpeada por la novia de quien fuera su compañero. Más tarde serán los dos quienes la atacan a golpes. Al intervenir la policía se la llevan a la comisaría y comienza la pesadilla.

En la sede policial desiste hacer la denuncia y se dirige a la Terminal de ómnibus para regresar a General Villegs, donde residía con sus padres a la espera de recuperar la casa. Antes de subir el colectivo es capturada, sin explicación alguna, por la policía. Allí la hicieron esperar un largo tiempo y la encerraron en un calabozo.

Alejandra Narváez estuvo incomunicada varias horas sin explicación alguna. En un momento la mujer reacciona rompiendo un vidrio. La policía inicia una feroz golpiza que le provocaría desprendimiento de riñones. En el hospital, al que llegó luego de insistir en varias oportunidades, el médico de turno certificó los golpes que habilitarán la denuncia policial y judicial.

Esa misma noche, después de los golpes y la atención médica, la policía de Castex le informa que se le inició una causa por agresión a su ex pareja y por la rotura del vidrio de la comisaría.

“Me dieron a elegir que me quedara en lo de un conocido o tomara un colectivo pero no hice ninguna de las cosas porque nadie me daba confianza y además no tenía dinero. Me llevaron a la ruta, pararon un auto y regresé a General Pico. Me acosté y no me volví a levantar”, cuenta Alejandra Narváez.

Tuvo que ser internada porque orinaba sangre. Los golpes de la policía le provocaron desprendimiento de riñones. Al día de hoy, 3 meses después, tiene infecciones urinarias recurrentes. Cuando Alejandra se recuperó, tomo contacto con el Movimiento Popular Pampeano de Derechos Humanos para dar a conocer el caso.

Esta denuncia pública fue radicada con anterioridad en sede policial y judicial. La casa, por la que Narváez comienza vivir este calvario provocado por la Policía de La Pampa, sigue ocupada por efectivos de la fuerza de seguridad. El comisario Andrés Torres es quien decidió prestar esa casa a sus subalternos.

Alejandra tiene 31 años, 2 hijos con el hombre que la golpeó. Su ex marido tiene una amistad muy cercana con el comisario Torres. Ella quiere su casa pero no puede volver a pisar Eduardo Castex.