En defensa de la corporación

El Colegio de Magistrados y Funcionarios Judiciales salió, sin ningún tipo de disimulo, a defender a la corporación de cualquier investigación o auditoría que revele ineficiencias, retardos u otro tipo de irregularidades en los distintos organismos. Lo que pide el Colegio, en resumen, es silencio total y absoluto. Secreto.
A través de una solicitada, la entidad que siempre prefiere el hermetismo y el bajo perfil -es extraño que los Magistrados y Funcionarios se expresen respecto de algún tema de interés público- esta vez decidió ir a fondo para que no toquen a ninguno de los suyos.
En ese afán, parecen claramente estar respaldando -por ejemplo- a Carlos Omar Jorge y Tomás Mustapich, dos funcionarios que quedaron en la picota a partir de sus actuaciones. Más allá de eso, Jorge se jubiló sin problemas y Mustapich es el elegido del gobernador Oscar Mario Jorge para el Superior Tribunal de Justicia.
Lo lamentable es que el Colegio de Magistrados, que tan poco tiene para decir respecto de los desastres cotidianos del Poder Judicial -o de los atropellos que a veces padecen los ciudadanos, o de la negligencia diaria, o del abuso que soportan los becados, o de la falta de independencia, o de las presiones del poder político, o de los bajos salarios que cobran los trabajadores- haya sido tan diligente para salir a darle un espaldarazo a estos tipos.
Y más aún: se quejan en realidad de que los resultados de las auditorías ya hayan trascendido a los medios. Piden, incluso, matar al mensajero, ya que solicitan formalmente una investigación por lo que consideran una falta "grave". Van a la caza del que hizo la "infidencia". Así dicen los magistrados y funcionarios: "infidencia".
Como si en vez de un poder público se tratara de un puterío barato o de la intimidad particular de alguien. O como si en vez de regirse por las leyes y prácticas del sistema democrático y republicano hubiera que aplicar el código de la omertá.