lunes, 17 de noviembre de 2008

Siempre se puede elegir

"Truman abre la puerta y entra en ese callejón oscuro, lleno de riesgos gigantescos. Sobre todo los de averiguar quién es, qué quiere, qué piensa. Para evitar estas cosas es que la gente ve la tele. Para no ser libres. Para ser manipulados. Para que les digan en qué creer, a quiénes odiar, a quiénes no odiar, qué consumir, qué comer, qué ropa ponerse, qué ideas tener y, muy especialmente, qué ideas no tener. Aquí, a este ente pasivo, que se devora lo que la tele le da y deja que su subjetividad sea creada, moldeada desde ella, los tycoons de los medios le dicen “la gilada”. ¿Es libre “la gilada”? Alguien dirá que no puede haber algo menos libre que “la gilada”, ya que vive esclava de lo que los medios hacen de ella. Sin embargo, durante estos días hubo ciertos dramáticos sacudones en el programa de Tinelli. No caminó lo de la lluvia. Esa lluvia que caía sobre los cuerpos exponiendo sus transparencias a la mirada golosa y patética e impotente de “la gilada”, ¡no funcionó! No dio el rating esperado. A la gente le gusta más lo del caño. “Hay que volver al caño”, pareciera que se ha resuelto. Entonces, ¿cómo que la gente no es libre? Claro que sí, claro que es libre. Siempre puede elegir entre la mierda y la basura".
(José Pablo Feinmann, "Por medio de los medios", en la contratapa dominical de Página/12).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

O entre los Kirchner y Lilita Carrió, podría decir el señor Feinmann.

Anónimo dijo...

se puede ser libre o ser un opninador a sueldo del kircherismo como José Pablo Feinmann........

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