Otra censura a la pampeana

Parece que los casos de censura se han vuelto una manía -y una maña- en Santa Rosa. Como si nadie aprendiera de los episodios pasados, ahora en la Escuela Normal -increíblemente- impidieron que se leyera un libro que el propio gobierno había enviado al establecimiento educativo.
El tijeretazo se produjo sobre un fragmento de la novela "Un viejo perdido", de Daniel Pellegrino, quien se declaró "apenado por tanta imbecilidad".
Lo que molestó a las autoridades del establecimiento es que en dos páginas de la obra editada en el año 2005 se relata una violación. Con mentalidad demasiado elemental, los responsables de la Normal resolvieron que el tema no podía ser abordado por los estudiantes. Patético.
Pero más terrible todavía es que desde la Subsecretaría de Coordinación del Ministerio de Educación y Cultura aceptaron la explicación sin más y en vez de ordenar la lectura de la obra como correspondía se limitaron a avisarle al autor lo que había pasado.
La censura incluyó el impedimento de que Pellegrino participara de una charla-debate con los estudiantes, tal como estaba previsto originalmente. Pellegrino, winifredense, periodista, docente, es ayudante de cátedra del Seminario de Literatura Regional de la Facultad de Ciencias Humanas.
Obviamente que él es afectado directo por esta estúpida decisión, pero las reales víctimas de este modo retrógrado son todos los ciudadanos. Se ve que el ejemplo del subsecretario de Cultura Angel Aimetta -quien en el verano censuró un catálogo porque no coincidía con lo que decía- cunde en algunos rincones. Estaría bueno que si esta vez renuncia algún directivo de la Escuela Normal, esa dimisión se haga efectiva y no quede como un anuncio para la gilada.