Los trabajadores judiciales iniciarán esta semana paros sorpresivos, en reclamo de mejoras salariales. El planteo es un incremento del 35%, porque -dicen- han resultado perjudicados en la distribución del dinero del Estado, en comparación con el resto de la administración pública.
Mientras tanto, sigue construyéndose la fastuosa Ciudad Judicial. "Si bien es algo necesario para la infraestructura, en las actuales circunstancias lo más importante son los recursos humanos. Sin recursos humanos no hay justicia", dijo el secretario general del sindicato de judiciales, Guillermo Saverio.
En la Justicia provincial hay unos 500 trabajadores. El que ostenta la mayor categoría percibe unos 2.500 pesos; un adscribiente apenas llega a 1.800. Los judiciales insisten en que están cobrando menos que cualquier empleado de Ley 643, que tiene bonificaciones en negro.
Las negreadas también existen en la Justicia: a los pasantes les hacen cumplir tareas que, lejos de formar parte de un complemento de su capacitación, sirven para tratar de poner parches a un sistema en decadencia.
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