Estuvo bueno, pudo ser mejor

Hoy al mediodía, en la esquina de 9 de Julio y González unas pocas decenas protagonizaron la revancha contra la censura. Pequeña, claro está, pero simbólica. Daniel Pellegrino dio finalmente lectura al fragmento de "Un Viejo Perdido" que en la Unidad Educativa 10, con complicidad de las autoridades del Ministerio de Educación, impidieron que se leyera bajo la excusa de que era "no apto" para los estudiantes -de 14 y 15 años- porque una protagonista de la novela describía una violación que le había tocado padecer.
Estuvo bueno, pero no fue suficiente.
Estuvo bueno porque fue un modo de recuperar la voz para el afectado directo, estuvo bueno porque ahí estuvieron los que están decididos a que estos papelones oscurantistas no ocurran más, estuvo bueno porque bajo ese sol del mediodía se pegaron algunas cartulinas y la literatura de cordel gritó cosas como "es peor un censurador que un violador".
Pero podría haber estado mejor si, además de los que aportaron su carne y hueso, hubiera habido algunos otros más que se sintieran motivados por el tema.
Hubiera estado bueno, en realidad, que el lugar se poblara de los propios docentes de la Unidad Educativa 10, si se hubieran atrevido a desafiar la ridícula decisión tomada. Hubiera estado bueno que también participaran los estudiantes a quienes se les impidió tomar contacto con ese libro, y con el autor. Hubiera estado bueno que fueran sus padres, por ejemplo, como modo de resistir frente a los embates autoritarios de mierda.
Y hubiera estado bueno, también, que aparecieran por allí los concejales del Frente Pampeano, que tan rápidos y ágiles estuvieron para repudiar el supuesto "ultraje" a la bandera o los golpeteos contra el bronce que pretende representar a Julio Asesino Roca, pero sin embargo no lucieron tan diligentes para repudiar este episodio de censura. Es lógico: no se puede estar en dos lugares al mismo tiempo. Pero si tanto les preocupó lo que el diario La Arena hoy llamó -en el colmo de las demasías- "atentado" (¡¡sí, atentado!!), podrían haber apurado un poco el paso para hacer acto de presencia también frente a este caso, bastante más grave que la otra pavada.
(Y aclaramos: de los concejales del PJ no decimos nada porque no esperamos nada y porque -la verdad- no hubiera estado nada bueno que aparecieran por el lugar).