lunes, 14 de abril de 2008

¿Divino tesoro?

Como si ya no tuviera despelotes internos, se suma una nueva pelea en el PJ pampeano: la disputa generacional.
Desde la Juventud Peronista salieron a quejarse en las últimas horas porque –dicen– los que tienen intenciones de pelear por la candidatura a la Intendencia no son capaces de “escuchar a las bases”.
Una declaración por lo menos llamativa de la misma JP que en todos estos años –como el resto de las ramas y organismos del PJ pampeano– lució muy dispuesta a aceptar el verticalismo y el dedo del jefe.
La JP apuntó en un comunicado que difundió en las últimas horas: “Es gente que siempre tuvo cargos políticos arreglados y que hoy, en voz de la renovación, salen como el Mesías”. Dicho tan así, parece una frase de un dirigente opositor, o de algún periodista. Pero no: es la mismísima JP la que se queja de que los dirigentes “ponen sus intereses” personales por delante de los partidarios.
Ahora… ¿esto es una novedad? ¿Fueron “las bases” las que decidieron todo en los últimos años, las que negociaron los pactos de cúpula, las que dejaron a Carlos Aragonés como presidente del partido, las que candidatearon –por ejemplo– a Baladrón y Marta Osorio, las que tomaron las medidas de gobierno, las que llevaron a Juan Carlos Tierno a la intendencia?
“No queremos un salvador –insiste la JP que preside Lucas Ovejero–; queremos poder elegir la mejor propuesta con la mejor gente que la acompañe para el bienestar de todos”. Y extraña “una consolidación partidaria que hoy no tenemos, gracias a caprichos, a veces inentendibles, de los líderes naturales de los últimos tiempos, que nos dejan la responsabilidad, ante una crisis institucional, a todos nosotros, ‘las nuevas generaciones’, liberándose de culpas”.
Por eso: ¿cuál es la novedad, imberbes?

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