jueves, 2 de diciembre de 2010

Los Profesionales

El mentado "profesionalismo periodístico" de Clarín y La Nación -militantes ya se sabe de qué causas- llegó a extremos de ridiculez con la difusión / interpretación / manipulación de los mentados documentos reservados de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos, que WekiLeaks puso en el aire para generar un escandalete.
Es que tanto La Nación como Clarín prefirieron darle seriedad al chismorreo diplomático entre personajes de baja estofa y de dudosa influencia en la política real.
Si la difusión de esos documentos tiene un sentido periodístico, hay que buscarlo por alguno de estos lados: 1) al Imperio que nada se le filtra, algo le pasó (y seguramente tiene que ver con sus internas pujas de poder entre la derecha recalcitrante y la notan recalcitrante); 2) es increíble que haya personas y Estados dedicados a responder preguntas absurdas y risueñas, más propias de los programas de Viviana Canosa y Jorge Rial que de algo que se llame "diplomacia"; 3) queda confirmado que al final estos yanquis llevan espías en el alma y no pueden dejar de andar hurgando en asuntos ajenos, aunque sean de alcoba.
Esa es la gran cuestión de los documentos. Ahora... creer que algo de lo que pueda estar contenido allí realmente tiene alguna relevancia desde el punto de vista de la política internacional...
El hecho de que Clarín y La Nación hablen en sus titulares de la "preocupación" yanqui por la "salud mental" de la presidenta es tan pero tan berreta que uno hasta sospecha que realmente Clarín y La Nación están buscando, por el lado de lo bizarro, competir con "Barcelona", que seguro tratará este tema con mucho más seriedad.
Por otra parte, pone en evidencia la costumbre y las intenciones de esos dos grandes grupos que crecieron gracias a la dictadura militar. Para ellos, cualquier pedorrada que diga "Estados Unidos" es de una importancia sideral.
Porque según la visión del mundo que tienen -y que pretenden hacernos creer como "independiente", o como puro "sentido común"- hay que seguir la cultura yanqui. Entonces, una supuesta "preocupación" de no sé qué embajadorsucho estadounidense, puede ser más importante que la "preocupación" -o no- de los verdaderos actores sociales y políticos de Argentina, incluyendo desde ya a los ciudadanos comunes.
Por otra parte, un detalle no menor de todo este escandalete en vinculación con la Argentina es a quiénes les preguntan los yanquis para sacar sus chismorreras conclusiones. Es decir: van y consultan, por ejemplo, con Sergio Massa, para que les diga que Néstor Kirchner es un "sicópata". Van y consultan, por ejemplo, con Alberto Fernández.
Esos son los tipos (el poder) que le interesan a los yanquis.
¿Pero por qué no le preguntan a otros?
A cualquier otro, desde Pino Solanas hasta Milagros Sala, desde los referentes de la Comunidad Homosexual hasta los hinchas de fútbol, desde Florencia Peña hasta Florencia de la Vega, desde el Indio Solari hasta Martín Sabbatella...
Es que esa gente a los yanquis no les interesa. Los yanquis hablan sólo con una burbuja, llamada poder.
El asunto es: ¿si los ciudadanos comunes y sus representantes más o menos en serio no le interesamos a los yanquis; si les importa un pito lo que pensemos o sintamos; por qué los yanquis -lo que ellos piensen, sientan, o chismorreen- tendrían que interesarnos a nosotros?
La respuesta podrían darla (o no) Clarín y La Nación...

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