El sol pleno y el mar en calma permitieron observar ayer a más de 200 ballenas en cercanías de la ciudad.
La temporada alta en Puerto Pirámide arrancó con una fiesta organizada por el Gobierno de Chubut y un banderazo espontáneo contra la pretensión de algunos países balleneros de habilitar nuevamente la caza comercial de ballenas.
La ballena Franca Austral es una especie en extinción. Puede medir hasta 15 metros y pesar unas 40 toneladas. Hacia fines de mayo centenares de ejemplares arriban a las aguas del Atlántico Sur para aparearse y parir y permanecen hasta diciembre, convirtiéndose en el principal atractivo turístico de Chubut.
Cada año, cerca de 120 mil turistas visitan Península Valdés para disfrutar del espectáculo natural, único en el mundo. Esta temporada la sorpresa llegó con el pedido de la Comisión Ballenera Internacional –manejada por el chileno Cristian Maqueira– para rehabilitar la caza comercial del cetáceo. La movida cuenta con el firme impulso de países balleneros como Japón, Noruega e Islandia.
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