La encuesta proyectó que los conservadores ganaron 307 de las 650 bancas del Parlamento, 19 por debajo de la mayoría.
Los laboristas del primer ministro, Gordon Brown, fueron segundos con 255 bancas, seguidos por los Liberales Demócratas, de Nick Clegg, con 59.
Las 29 bancas restantes se las repartieron partidos menores, informó BBC tras el cierre de los comicios, considerados los más reñidos y de resultado más incierto en décadas.
Tal como anticipaban las encuestas, los resultados de boca de urna indican que el país se encamina a lo que se llama un Parlamento “suspendido” o “en el aire”, en el que ningún partido controla los 326 escaños que necesita para gobernar efectivamente.
La urgencia es grande, ya que el país tiene un déficit fiscal récord y hay temores de que la crisis financiera de Grecia se propague e infecte al Reino Unido, y que esto a su vez desestabilice aún más a los convalecientes mercados mundiales.
Ayer, en vísperas de los comicios, la Unión Europea advirtió que el déficit del Reino Unido podría eclipsar incluso al de Grecia el año próximo.
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