domingo, 2 de mayo de 2010

Fotografía del Nekark



El bote espera el desenlace de Jorge con el trabajo en la isla pero las piedras de la orilla no lo dejan ir.  En el lago se abre una incógnita con sabor de algas y agua fresca. Los peces juegan en el gigantesco estanque transparente mientras Adriana se pasea juntando piedritas de canto rodado por fuera de la historia. Jorge, pensativo, sólo retrasa el tiempo mientras cava con parsimonia y observa desde el promontorio el fondo verde y azul que se repite líquido en todas direcciones. El bote pintado por él mismo descansa sobre la dureza de las piedras, con el soplido del agua llegando en un spray interminable. De pronto algo se mueve, una especie de animal raro se transluce y muestra un costado  largo, larguísimo. Alcanza a ver la silueta del horror: un costado de calamar y parte de su ojo extrañamente enorme. Jorge suelta un grito sin rumbo al distinguir con firmeza y angustia la figura del cefalópodo, un grito de esos que retumba bailando en ecos, pero Adriana no escucha, no entra en cuadro: el viento arrebata esa voz casi al mismo tiempo que un tentáculo rosáceo se encadena al suave pie derecho, se ajusta con sus ventosas, y la arrastra para ni siquiera hacerla entrar en la fotografía. Jorge, inmóvil desde el promontorio, enfoca la escena, blasfema impotencia y observa el lago con sabor de algas y agua fresca, ya sin peces que juegan ve el bote solitario durmiendo en la costa sin Adriana.
Negro Vachino

1 comentario:

vachino dijo...

la foto es de evaristo pincen, el niño rubio o klaus kinski, tambien conocido como sergio el goma viglino y sayhueque...saludos.-

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