
Aparecen cruzados, entonces, el amor, el dolor, el sufrimiento. Balaguer es periodista. Cuenta que tiene tres hijos, que hace Pilates, que ama las frutillas con crema y comparte margaritas a solas con su marido.
Hace años que retrata la vida de otras mujeres en www.mujeressinfronteras.com. "A la mayoría de las mujeres nos gusta ejercitar la omnipresencia: pensamos en qué vamos a cocinar en medio de las reuniones de trabajo. ¿Será por eso que vivimos desesperadas?", se pregunta.
En "Hijos de putas", más que describir la sordidez de un mundo subterráneo, cosa tan de moda ahora que a la tele le gusta tanto meterse con (en) la marginalidad, en este caso se reflejan otras realidades: el sexo por Internet, la cárcel y los pueblos arrinconados del interior del país van apareciendo en estos relatos.
Balaguer se propone hacer “nuevo periodismo”, aunque el género ya no es tan nuevo: sí combina un poco de investigación periodística con una narrativa cuidada.
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