Lo cierto es que se trataba de un esfuerzo interpretativo desde el Análisis del discurso. Se intentaba poner en duda ciertas afirmaciones que desde la oposición se emiten muy sueltas de cuerpo.
Se intentó relativizar los alcances del lenguaje epigramático de cierto marxismo, en particular su catastrofismo y la simplificación despectiva que implica para algunos el mote de “desarrollismo”.
Aunque los orígenes de Marcó del Pont (foto) se remonten a la escuela de
La realidad es más compleja que los mapas que intentamos trazar para darle sentido. El mapa no es el territorio, así como “las acciones de los políticos, distan mucho de sus intenciones”.
Es una nueva moda en el periodismo, debida en parte a los egresados de Escuelas con formación semiótica y lingüística, contrastar, los supuestos datos de la “realidad” emitidos por las factorías mediáticas que intentan instalar “verdades”, con la lógica que subyace en esos “relatos”.
Es una manera de poner en evidencia la debilidad del discurso opositor que por un lado habla de crisis y por otro lado se desdice preocupado por
Si uno presta atención, asistimos continuamente a estas contradicciones, lo que más de una vez lleva a que nos preguntemos ¿Quién los entiende?
e.f.
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