martes, 30 de marzo de 2010

Sangre, muerte y silencio

La agencia de los grandes medios de golpe borró el tema: el golpe de Estado en Honduras pasó a mejor vida desde el momento en que Estados Unidos avaló las amañadas elecciones convocadas por los propios golpistas.
Lo terrible es que, aún después de la votación, los episodios de violencia motorizados desde el régimen que ostenta el poder político, han ido creciendo cantidad y salvajismo.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció una sistemática decisión de secuestrar, torturar y asesinar a quienes forman parte del Frente para la Resistencia.
Entre los asesinatos registrados en las últimas semanas se incluyen los de 3 periodistas, víctimas de homicidio en los primeros días de marzo. Frente a ese panorama, sin embargo, las organizaciones que dicen defender la libertad de expresión antes que ninguna otra cosa, parecen más distraídas en torpedear gobiernos que les son molestos desde el punto de vista ideológico y que tocan intereses que tienen que ver con el negocio mediático.
En Honduras, los periodistas Bayardo Mairena y Manuel Juárez aparecieron baleados dentro de un auto.
Organizaciones europeas revelaron el modo en que asesinaron a otros periodistas: Nahúm Palacios recibió casi 40 disparos, Joseph Ochoa también, lo mismo David Meza Montecinos. Frente al aparente cerco mediático sobre la realidad que asola a Honduras, los datos son difunfidos por la Federación Internacional de Derechos Humanos, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional y la Iniciativa de Copenhaguen para Centroamérica y México.
Un artículo de Santiago O'Donnell en Página/12 señaló algunos aspectos interesantes de la cuestión:
  • Lo menos que puede decirse de este régimen que gobierna Honduras es que nació en terapia intensiva y sobrevive con pulmotor. Cuando el gobierno de Estados Unidos decidió avalar las elecciones de noviembre pasado, debió saber que hoy gobernarían los sectores que llevaron adelante el golpe y que buscarían continuar con la política estatal de represión abierta y clandestina que tantos resultados les trajo durante la dictadura. Debió saber también que esa política represiva, a la larga o a la corta, genera respuestas.
  • ¿Qué otra cosa puede esperarse de un gobierno elegido bajo estado de sitio y con el presidente legítimo encerrado en una embajada rodeada de milicos? Pero da la impresión de que lo único que le importa a Washington es el compromiso del presidente Porfirio Lobo de retirarse de Petro Caribe y el ALBA, esto es, borrar cualquier vestigio de chavismo en el país, esto es, frenar a cualquier costo la expansión del chavismo en la región, como si fuera una remake de la Guerra Fría y su triste capítulo centroamericano. Por eso presiona a sus clientes centroamericanos para que pidan la readmisión de Honduras a la Organización de los Estados Americanos.
  • Resultado: el periodista de la Resistencia Nahúm Palacios muere bajo una lluvia de balazos, pagando el precio de haberse atrevido a denunciar la censura ante un organismo internacional. Tres periodistas acribillados a balazos en menos de un mes.
  • Podría llamar la atención que ante semejante agresión, para colmo en las narices de la CIDH, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) no haya encontrado tiempo para pronunciarse. Sin embargo, el organismo que nuclea a los grandes medios de la región, empezando por los estadounidenses, parece priorizar otras libertades por encima del derecho a no ser asesinado por expresar una opinión. Denuncia regularmente a los gobiernos de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina, a veces con razón, de atropellos a sus empresas y sus periodistas. La página web de la SIP está llena de información sobre esos países. Pero sólo le dedica dos párrafos a la situación en Honduras en un informe colgado hace doce meses. La mención es para el asesinato del periodista Carlos Salgado, ocurrido un año y medio antes del golpe, por razones aún desconocidas. En ese caso la SIP, tardíamente y sin demasiadas precisiones, decidió “requerir a las autoridades que profundicen y avancen en las investigaciones del asesinato de Carlos Salgado hasta dar con los culpables intelectuales y materiales y conocer los móviles del crimen; así como a garantizar la seguridad de los periodistas”. Salgado era un locutor radial, comentarista y humorista que molestaba a muchos políticos, incluyendo a Manuel Zelaya, el entonces presidente que luego sería derrocado por el golpe.
  • La página web de la SIP nada dice de la feroz censura y represión desatada por el golpe de junio del 2009, empezando con la alevosa toma militar de estaciones de radio y televisión que criticaban a los golpistas, la descarada represión y detención de los periodistas que cubrían las protestas, y la grosera interrupción de señales internacionales en el mismo momento en que el dictador Goriletti usurpaba el poder. Tampoco dice nada sobre la seguidilla de asesinatos que inauguró la presidencia de Lobo.

1 comentario:

soliman el magnifico dijo...

¡ ABAJO EL GOLPE EN HONDURA! Y ¡ ABAJO LA FUJIMORIZACION DEL GOBIERNO CONSERVA DEL MATRIMONIO SUPERMILLONARIO K.!

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