Salió el sol para Boca

En un partido –o mejor dicho, en el cacho de partido que faltaba– que no estuvo bien jugado pero que fue entretenido, Boca le ganó 2 a 0 a River en la Bombonera, con goles del chileno Gary Alexis Medel (foto).
De entrada el equipo de Riquelme manejó la pelota, y si bien los millonarios acercaron algo de peligro, en ningún caso fue extremo.
A Boca el triunfo le sirve –principalmente– para aplacar un poco los ánimos y pasar unos días en calma. A River, en la contracara, la derrota lo sume aún más en el fangoso fantasma del descenso; que si bien no es posible aritméticamente en esta campaña, si en la próxima no remonta, ese ánima se materializará.
De la mano de Juan Román, los xeneizes no pasaron casi ningún sobresalto. El Diez de Boca estuvo bien ubicado casi todo el partido y logró conducir a buen puerto los hilos del equipo; con y sin la pelota. Sobre los trece del primer período Ahumada le cedió un tiro libre en inmejorable posición.
La barrera, la defensa, el arquero, el técnico y hasta los hinchas de River esperaron un tiro al marco por arriba, pero en una jugada muy bien preparada, Riquelme la tocó rasante y el chileno Medel –anticipando a todos– la tocó a la red. Gol.
En la jugada posterior, y en una posición casi idéntica, pero en el arco de enfrente, Marcelo Gallardo tuvo la misma oportunidad, con la diferencia que le pegó seco y recto y la mandó a la tribuna.
El segundo gol con el que los auriazules sentenciaron el marcador, provino de una jugada colectiva muy buena: Riquelme se la tocó con un pase delicioso a Monzón que subía a fondo por izquierda. El 3 de Boca mandó el centro atrás, como indican los manuales, Nico Gaitán encaró la pelota pero “¡oosoo!”, abrió las gambas y la dejó pasar para que –en la puerta del área– Gary Medel la agarrara de lleno con la derecha y le reventara el arco al golero Vega. Golazo.
Después el chileno se hizo expulsar tontamente al bajarlo a Almeyda desde atrás y sin pelota; si no hubiese sido la figura indiscutida del cotejo, que a la postre fue Riquelme.
El arquero García se consolidó en el arco de Boca, Gaitán estuvo movedizo y sorpresivo como siempre, Palermo jugó más rato mirando el aro de su equipo que el rival; pero igual no desentonó y el rudo Méndez también cumplió en el papel de centrojás. Los dos negros de la zaga, Bonilla y Luiz Alberto (de los que tanto se habló en la semana) no tuvieron mucho trabajo, ya que el 9 riverplatense, el espigado Funes Mori, se marcó sólo en todas las jugadas. Y cuando no, la reventaron sin ninguna culpa.
Cada vez que Boca lo apretó, le sacó la pelota, con la complicidad de la defensa rojiblanca, que no estuvo ni cerca de mostrar seguridad. Ferrari no subió nunca, casi siempre porque tuvo que quedarse a cuidarlo a Riquelme.
En una de las típicas escaramuzas del superclásico, y que casi siempre lo tienen a Gallardo como protagonista (llama la atención que un jugador de su calidad haya sido expulsado tantas veces), el “muñeco” se trenzó con el chileno Medel, pegándole a éste un cabezazo que el boquense respondió con un empujón a la cabeza. El cuarto árbitro, Javier Favale, entonces, ingresó al trote al campo y habló con el juez Baldassi, pero -inexplicablemente- nada sucedió.

En resumen, Boca ganó bien. En todo momento estuvo por sobre su rival y se notó el compromiso de la mayoría de sus players (algunos se jugaban el puesto). En las antípodas, River fue timorato a la hora de atacar y defender. El equipo estuvo inconexo en muchos pasajes del partido y ni siquiera pudo aprovechar la superioridad numérica.

L.G.