sábado, 13 de marzo de 2010

La Red cumple 20 pirulos

Alrededor de 1.700 millones de internautas, el 25% de la población mundial, deberían estar de fiesta en este mes de marzo, cuando se cumplen 20 años de la creación de la World Wide Web (WWW), el sistema que les dio acceso a internet y le cambió la vida a gran parte del planeta.
Antes del invento del inglés Tim Berners-Lee, hecho público en marzo de 1990, internet era una herramienta creada tres décadas atrás por universidades de los Estados Unidos e impulsada por el Departamento de Defensa de ese país, al calor de la guerra fría, a la que sólo tenían acceso una comunidad reducida de expertos que manejaban complicados códigos de computación.
Pero cuando Berners-Lee logró crear un soporte que permitió enlazar la información que ya había en internet y simplificar su acceso, independientemente del sistema que se usara, abrió la puerta a la masificación y desató la revolución que hoy se está viviendo.
“Yo estaba en el Consejo Europeo de Investigación Nuclear, en Ginebra (CERN), un ambiente emocionante, con gente de varios países, de distintas universidades y trabajaba para diferentes personas. Y todos tenían distintos tipos de computadoras y distintos tipos de software”, explicó Berners-Lee.
“Cuando quería hacer mi trabajo tenía que construir un programa que hiciera que un sistema hablara con el otro. Tenía que averiguar cómo funcionaba cada uno y después cómo funcionaba la infraestructura, porque todo estaba en diferentes computadoras.
Así que la idea de la web era como un lugar donde todos pudiéramos tener las mismas cosas disponibles”, agregó.
Concretamente, ejemplificó en recientes declaraciones, “no podías conseguir información de un lugar al mismo tiempo que lo hacías de otro. Tenías que sacar información de un sistema y escribirla en el reverso de un sobre y después ir a otro sistema e ingresar ahí la información”.
En otras palabras, las computadoras eran instrumentos de cálculo y de almacenamiento de datos con complicados sistemas de interconexión que enlazaban algunos centros militares o de inteligencia de los Estados Unidos y las grandes universidades norteamericanas.
Ante ello, Berners-Lee puso manos a la obra para diseñar lo que él llama un “pequeño programa” que permitió que los documentos que se encontraban en diferentes sistemas fueran accesibles para todos los usuarios en una nueva red en la que se los pudiera vincular y agregarle nuevos vínculos.
Lo que T. Berners-Lee creó fue un sistema de hipertexto global (http) que transformó internet: dejó de ser un mundo de cables y procesadores para convertirse en un espacio virtual donde cualquier usuario, sin ningún conocimiento informático, está ahora a un clic de documentos, música o videos.
Pero el científico inglés no sólo no se conformó con ello sino que con ayuda de otros colegas buscó la forma para que esas páginas, vinculadas a través del hipertexto, pudieran ser visualizadas gráficamente por cualquiera que ingresara a internet.
Así nació, antes de que terminara 1990, el primer “browser” o navegador, llamado inicialmente WorldWideWeb y luego Nexus, padre de los ya legendarios Mozaic y Netscape y abuelo de los actuales Internet Explorer, Firefox, Chrome, Safari y Ophera.
A mediados de 1991, la web estuvo disponible para aquel que quisiera navegar por internet.
El primer servidor se instaló en la misma CERN (foto), pero a mediados de la década del 90 los servidores se habían multiplicado y la web ya era utilizada en todos los continentes.
La creación de la red, como se la llama ahora al sistema de intercambio de información que permite la World Wide Web, transformó el mundo al punto que algunos la consideran un hito semejante a la Revolución Industrial del siglo XIX.

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