Había otra vez un circo...

Ya empiezan a romper las pelotas otra vez.
A lo mejor en esta ocasión no va a haber tanto patrón rural poniendo carteles en la ruta para gozar de ese cuarto de hora glamouroso, pero seguro van a sobrar el ruido, el circo, los comentarios, los lugares comunes.
El relojito que la Provincia mandó a instalar en el área de Turismo hace como quichicientos días ya está acercándose al 0, que es el momento en el que el mentado rally Dakar llega a Santa Rosa, aunque no tenga nada que ver con su tradición, con su origen ni con nada.
El asunto es parte de un negocio gigantesco. Pero negocio para los otros, ya se sabe, no para los de por acá.
Por las dudas, te avisamos: si la vez pasada ya te empernaron con algo, esta vez cuidate. Es decir: si pensaste en alquilar la casa en euros, si sacaste un crédito del Instituto y lo invertiste en salchichas creyendo que ibas a vender 8.000 panchos en la laguna, si te creías que ibas a hacer de taxista amateur, si esperabas colocar algún puto producto a todos esos extranjeros que vienen con todo lo que necesitan contado, empaquetado y preparadito muy prolijamente, esta vez ya sabés que nada de lo prometido es cierto y que ninguna fantasía de hacer unos mangos se cumple con este evento.
Y si no están completamente convencidos, en todo caso, como ya alguien lo señaló, véanse la película "El Baño del Papa", que es más o menos lo mismo pero con otro color.