Si alguna vez, por esas inesperadas vueltas de la vida o por las leyes inhumanas del mercadeo laboral nuestro preciado, bienamado, ingenioso y un primor de persona titulero decidiera abandonarnos a la buena de Dios, no dudaríamos en meter la mano en el bolsillo y contratar los servicios del intendente atalivense Martín Borthiry; en caso de que él estuviera dispuesto. Ayer, sin ir más lejos, luego de la nueva falta injustificada de Rubén Hugo Marín a la reunión del consejo partidario peronista, el secretario de Prensa (tal el cargo de Borthiry en el PJ) propuso que para la próxima vez la fecha la ponga el ex gobernador “así no hay problemas de agenda”.
Antes, en el 2008, el intendente cantor ya había dicho que “una persona que vive de vicios no puede hacer una autocrítica seria”. Esa vez amplió con lo siguiente: “Rubén Marín actúa como si fuera una carmelita descalza. Se quiere presentar como un muchacho inocente y tiene varias cosas para contar, más que yo posiblemente. Debe hacerse una autocrítica seria, lo que significa en criollo que se debe dejar de joder”.
Así es que, Martín, ya sabés: si por esas inesperadas vueltas de la vida o por las leyes salvajes del mercadeo partidario, te llegaras a quedar en Pampa y la vía, acá tenés un humilde laburo esperándote con el que poder llevar el pan a tu casa.
3 comentarios:
malandrines sean unidos por el orgullo K.
Da la impresión que tienen el rostro cubierto con una media de seda transparente. ¿Es para mejorarlos un poco, suponemos?
Parecen de goma.
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