
Sin fijarse en la edad de su víctima, ni en su concidión de boxeador profesional con obvias ventajas sobre una persona cualquiera, Vilches decidió hacer justicia por mano propia y aplicarle un violento trompis a un joven que -según la versión que hoy difundió el propio púgil- intentó manosear a la muchacha que lo acompañaba.
Vistos los últimos resultados y desempeños de Vilches, no estaría mal -al menos para su carrera- que ahora aplicara sobre el ring, de aquí en más, esa misma pericia que demostró en la vía pública.
O en todo caso, sus entrenadores ya saben qué contarle de sus rivales para motivarlo un poco.
(Ojo, Wilfredo: va con onda, ¿eh?... a ver si todavía se calienta y se la agarra con nosotros...).
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