martes, 5 de enero de 2010
Sandro
Sandro quiso ponerle doña Nina a su primer y único hijo, pero el 19 de agosto de 1945 ese nombre aún no estaba permitido en el Registro Civil. Esa gansada burocrática no impidió que el mundo entero conociera con ese nombre a Roberto Sánchez, el inmenso ídolo autor de temas que –como Rosa Rosa, Quiero llenarme de ti, Tengo, Dame Fuego, etc.– el paso del tiempo no puede destruir; ni siquiera hacer olvidar.
El mito viviente recibe todos los años el cariño de miles de fans de todas las edades que concurren a la puerta de su casa el día de su cumpleaños a saludarlo. Esta liturgia se repite cada vez que “El Gitano” pisa un escenario, con la diferencia de que en lugar de tirarle besos, le arrojan flores, pañuelos, fotos, muñecos de peluche, remeras, zapatos y una catarata de calzones, tangas o medibachas; dependiendo de la edad y el culo de las fanáticas.
A los 13 años Roberto, durante un acto escolar, descubrió que su futuro estaba en el mundo de la música. Con algunos compañeros habían preparado una imitación de Elvis Presley, en la que Sandro hacía playback. O mejor dicho “fonomímica”. Después del primer tema –que fue muy aplaudido debido a la performance demostrada por el muchacho– y cuando estaba por arrancar el segundo, el disco se rompió. Sandro, sin dudarlo, se cantó todo el tema a capella, con movimientos de pelvis, y tirándose al piso como solía hacer el “rey del rock”.
A partir de allí la historia es más o menos conocida; aunque es cierto que existen algunas curiosidades dignas de destacar.
Antes de formar el conocido grupo que lo catapultó hacia lo más alto, Los de Fuego, participó de Los Caribes, Trío Azul y hasta un conjunto que se llamó Los Caniches de Oklahoma... ¡No podés! Otro punto a resaltar es que Sandro fue el primer cantante latino que actuó en el Madison Square Garden de Nueva York, en abril de 1970, siendo esa ocasión la primera vez que se realizó una transmisión vía satélite de un espectáculo musical en el mundo.
Filmó varias películas, entre ellas Quiero llenarme de tí, La vida continúa, Muchacho y Gitano (la mejor), que rápidamente se convirtieron en éxito no solo en Argentina sino también en Puerto Rico, Venezuela, Santo Domingo, Ecuador, Costa Rica, Méjico y la parte latina de Estados Unidos. Esta seguidilla de triunfos le valió el apodo de “Sandro de América”. También por esta razón protagonizó una telenovela en la poderosa cadena Telemundo de San Juan de Puerto Rico que se llamó Fue sin Querer y que arrasó con todo en La Isla del Encanto y en EEUU.
Tuvo su propio programa de televisión en Canal 13 de nuestro país. Se llamó Querido Sandro y obtuvo el premio Martín Fierro al Mejor Programa Musical, en 1988. Por esa época este increíble hombre fundó Excalibur Records, una compañía grabadora y productora, con la idea de promover a nuevos valores artísticos.
Como el ave fénix el muchacho loco ha estado varias veces al borde de la muerte pero se ha recuperado asombrosamente y, sin que pasara mucho tiempo, montando un nuevo y exitosísimo espectáculo. Grabó 23 discos con nombres tales como El Sorprendente mundo de Sandro (1966), Sandro Espectacular (1971), Te Espero... Sandro (1972), Sandro... Un ídolo (1977) y Sandro para mamá (2002). Para finaliza, qué mejor que dejar que el ídolo hable con sus propias palabras: “a los 17 años yo ganaba en un rato la plata que a mi viejo le costaba dos meses conseguir laburando. Subía a un escenario, cantaba rock, las minas me gritaban, tenía un auto sport, y pensaba que Dios era mi secretario”.
(Este perfil del ídolo popular fue publicado en la edición número 95 de El Fisgón, en abril de 2007)
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2 comentarios:
Un temón, una gran pérdida, un verdadero ídolo popular, un tipo recontra humilde. Entre todo lo que vi desde que falleció rescato una entrevista en la que decía que la gente lo aplaudía a él, en lugar de aplaudirlo a Favaloro o a los miles de médicos que salvan vidas todos los días en las condiciones en que tienen que trabajar en este país. Un grande.
es que el tiene/tenia la humildad que sólo tienen los grandes... cuánta falta va a hacer este hombre...
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