Es el medio ambiente, estúpidos

Pasó el rally Dakar por La Pampa. La "fiesta", el "circo", la "troupe", como lo refirieron distintos medios locales, que prefirieron comprar todo el cholulismo y la parte "deportiva" antes de mirar el mismo asunto desde otro lado.
El fanatismo "tuerca" lo tapó todo. La repercusión mediática se llevó cada mirada.
Pero hay otro costado, desde ya, sobre el que vienen advirtiendo los que denuncian la contaminación del medio ambiente en afán de dar cobijo a un show que maneja enormes cifras de dinero pero que está prohibido en otros rincones del planeta.
Un artículo que hoy en Página/12 firma el escritor Mempo Giardinelli permite asomarse al Dakar desde otro lado: mirar lo que está oculto y decir lo que se silencia, porque resulta más cómodo y más conveniente.
Giardinelli advierte sobre la falta de reacciones -del gobierno, de la oposición, de los dirigentes, de los medios, de los ciudadanos- frente a la "destrucción de nuestro hermoso territorio", no sólo tomando como ejemplo el Dakar, sino también decisiones cotidianas que van degradando el lugar en que vivimos.
Señala que así como en Mendoza el Dakar tuvo que cambiar su recorrido porque algunos propietarios de tierras iniciaron juicio a la organización, otras provincias -entre ellas La Pampa- "ya se sabe que son tierra de nadie para el desastre ecológico".
El artículo alude también a los fondos de la firma La Alumbrera, que contamina en San Juan: señala los honrosos ejemplos de universidades nacionales que se negaron a recibir ese dinero sucio, como las de Córdoba, Río IV y Luján. Otra vez hay que mirar para adentro: la Universidad Nacional de La Pampa prefirió abrir sus manos para quedarse con esa plata mugrienta.
Ya se sabe: el show debe continuar.

Ilustraciones: Ricardo Darín en "Aire Intoxicado"
y Mike Amigorena en "Deforestación", obras del
calendario ecológico de Gaby Herbstein