sábado, 15 de agosto de 2009

Siete años reproduciendo dignidades

La experiencia arrancó como fruto de la necesidad, pero también de la solidaridad. Corrían los peores tiempos, en aquel 2001 en que todo se desmoronó, cuando parecía que se iban a ir todos los que finalmente se quedaron. Hoy, los que ponen el cuerpo en ese lugar reconocen a primera vista que la crisis de este momento se le parece bastante a aquella de principios del siglo. Pasaron 7 años. Y el Desayunador de Villa Germinal sigue activo, apostando a un sueño, extendiendo los valores de la solidaridad y la autogesión, reproduciendo dignididades, además de darles una copa de leche a 80 chicos diariamente.
Este domingo desde las 5 de la tarde habrá fiesta de cumpleaños en la sede de la calle Italia al 2.386. Prometen luces, alegría, malabares, distintas formas del arte y las sonrisas de los pibes, tal como ocurrió hace un año.
En el Desayunador también funcionan una biblioteca y un ropero comunitario que aceptan donaciones. Y se arman talleres para difundir esos valores: la vida compartida, la ausencia de patrones, la grandeza de ayudar al otro.
Para financiarse, además de aportes de privados, hay en marcha algún proyecto universitario, se organizan cada tanto actividades y espectáculos solidarios y también laburan en la producción y venta de salsa de tomate y de dulce de leche, entre otras cosas. El Desayunador es un ejemplo y le cambió la vida al barrio, promocionando lo contrario al clientelismo. La desgracia es, claro, que estas experiencias sigan siendo necesarias porque el hambre acecha en cada esquina.
Los responsables de la actividad, en su mayoría jóvenes, sienten en carne propia ese dolor de que un chico se les desmaye de hambre en las narices.
Pero lejos del establishment político, de la farándula mediática y de los privilegios económicos, el Desayunador sigue andando. Entre tanta miseria y mezquindad, en medio de tantos ejemplos de avaricia y egoismo, vale la pena el festejo. Y desde ya que será bienvenido el granito de arena que quiera aportar cualquier ciudadano: siempre hay algo para dar, desde el afecto de una visita hasta un poco de leche en polvo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que distinta actitud a la de la dama de beneficencia que regenteaba el comedor "llegar a tiempo" que cuando se cansó lo cerró y acá no hay mas pobres.

Los Villa Parque dijo...

Recien llegamos del cumple. Fuimos a saludar y nos miramos unos números artísticos. La organización fue magnífica, estaba lleno de vecinos disfrutando de un nuevo cumpleaños.

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