DIARIOFISGÓN

Honda consternación entre los lectores de todo tipo y factor, profunda angustia y convulsión entre los cibernautas provocó en las últimas horas la confirmación de que hay inescrupulosos comentadores en red que están plagiando o –peor aún– haciéndose pasar por Tesseus.
El histórico exegeta que apareció a partir de la explosión de los blogs santarroseños supo fijar un estilo inconfundible, envuelto en particulares ideologizaciones de los planteos político-sociales que atraviesan las páginas y sitios de internet. Desde su honestidad intelectual, de la que gustó siempre de jactarse en sus floridas maneras, planteó disquisiciones filosóficas, discusiones de raigambre constitucional e hizo otras intervenciones de riqueza indudable.
Sin embargo, el caos surgió en las últimas horas: adoradores del propio Tesseus o quizá complotadores que se la han jurado, aprovecharon la confusión que en sí misma es la red de redes para dejar mensajes a su nombre en diversos sitios, donde se asiste a una peligrosa esquizofrenización de su personalidad, ya que repentinamente Tesseus aparece como adicto al glifosato y defensor acérrimo de las patronales agropecuarias, o como amante de las prácticas políticas del radicalismo radicalista.
Sin dudas, un caso que alarma y debiera merecer la intervención de los poderes públicos: ¿dónde está en esta hora el defensor del pueblo? ¿Dónde los caporales de Google para hacer pesar su código de cibernautas, su código de honor o su código de barras?
No lo duden, amigos fisgonianos: en cuanto a nosotros nos atañe, investigaremos hasta las últimas consecuencias. Y estamos a muerte con Tesseus, e incluso con sus potenciales plagiadores y/o impostores.