La verdad es que se lo extrañó en las fanfarrias del Rally Dakar. ¿O no? Digan la verdad... si hasta se lo podía imaginar en las zonas atestadas de gente, vigilando que nadie traspusiera un centímetro las líneas de seguridad, o reclamando "casco, casco" o "cinturón, cinturón" como hizo aquella jornada inolvidable en que se convirtió en movilero estrella de CQC.
Pero no.
Juan Carlos Tierno no estuvo. Ya no se hace ver por ningún lado. Ya no es lo que era. Para colmo, alertada de esa situación, la Justicia que durante casi un cuarto de siglo estuvo casi siempre de su lado, la que lo protegió en su carrera política y le garantizó impunidad, ahora le tira en contra.
Se dio vuelta la taba y después de su escandaloso paso por el municipio santarroseño, Tierno sólo recibe malas noticias cuando le llegan notificaciones de Tribunales. Ahora está enterado de que la fiscal Alejandra Ongaro lo mandó diplomáticamente a la mierda en su intención de sentar en el banquillo al juez Pablo Balaguer, que fue el que le ratificó el procesamiento por abuso de autoridad un par de días antes de la elección en que Tierno mordió el polvo de la derrota.
Pero se sabe: no es hombre de darse por vencido, así que seguramente insistirá -desde las sombras, como ahora- hasta que le saque algún provecho al asunto.
1 comentario:
Que hayan pasado tantos días sin que nadie ponga un diminuto comentario siquiera, es señal de que el nazicriollo no es importante, hoy.
En manos de todos -en primer lugar la justicia, en segundo lugar los políticos tan corruptos de su partido y luego todo el pueblo- está el no permitirle levantar cabeza. Cuando la asome ¡se la pisamos!
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