La verdad es que desde que es secretario de Derechos Humanos Rubén Funes no ha hecho muchas cosas bien. Desde este espacio se ha planteado varias veces que su desempeño en el cargo no es precisamente el que se esperaba, aunque posiblemente sí es el que aguardaba el propio gobierno que lo nombró, y que sólo a partir del oportunismo político le dio cierta importancia al área.
Lo cierto es que después del "olvido" de la familia Tartaglia, Funes quedó en la cuerda floja. Ya dijo públicamente que le ofreció su renuncia al gobernador Oscar Mario Jorge, pero el jefe del ejecutivo -fiel a su retardado estilo- demora la contestación.
Funes, eso sí, debe estar bastante feliz de que quienes más le pegan son, además del ex gobernador Rubén Marín, los que se quedaron con el sello de la llamada Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, de cuya existencia hace tiempo que no se sabía nada.
Ahora, ese sello vacío hizo su aparición para pedir que Funes se vaya. La foto de El Diario muestra a algunos de los referentes de ese espacio: el físico-culturista Mario Canoba está a la cabeza, deseoso y sin disimulo de ser el futuro secretario (una ambición a la que tiene derecho, pero bueno...); el abogado Eduardo Fernández, el ufólogo y militante justicialista Oscar "Quique" Mario, el sindicalista Miguel Maldonado, Liliana Abratte y hasta el referí puntero Ricardo Castro.
Con enemigos así, la verdad... Funes se afirma en el cargo.
1 comentario:
Im-pre-sen-ta-bles igual que Funes. Chupaculos del poder de turno a nivel nacional y provincial. Carroneando un cargo. Cuando leí la nota en el diario pensé lo mismo que El Fisgón.
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