"El Loco no puede"

Un lector y allegado a El Fisgón, periodista, hizo llegar la siguiente opinón respecto de las elecciones del domingo.
No voy a votar a un tipo que no puede. Si hay una certeza en esta elección la misma dice que el Loco no puede.
Hay un detalle que rodea todo y en parte explica ¿quién es?. Recorrer su vida pública es como repasar el prontuario de un delincuente que ha vivido cobijado por el poder. La falta de castigo a cada uno de los delitos que cometió le ha hecho un daño irreparable a su loca personalidad.
Siempre se las ingenió para estar con el poder político de turno y actuar en consecuencia. Un día Alfredo Yabrán, que de esto sabía mucho, soltó una frase genial: “tener poder, es tener impunidad”. Y el loco facho se cree impune porque nunca recibió su merecido. Entonces golpea, atropella, tortura, viola, despoja.
No lo voy a votar porque no pudo nunca y todo lo que empezó lo terminó siempre mal, muy mal.
Cuando fue asesor letrado del primer gobierno del “jefe de mafia” de La Pampa, Rubén Marín, cometió un delito que quedó impune. Golpeó y torturó salvajemente a una joven mujer que era su novia. A la víctima la internaron en el Sanatorio Santa Rosa por las gravísimas heridas recibidas. Al tipo que quiere ser intendente lo protegieron. Ocultaron la denuncia policial y los libros de guardia del sanatorio. También trasladaron al policía que se le ocurrió cumplir con su deber: tomarle declaración a la mujer. Taparon todo y le dieron inmunidad para seguir delinquiendo.
En esos años su ex mujer, la primera, tuvo que huir de Santa Rosa con sus dos hijos por las golpizas a las que las sometía el violento golpeador.
Como “premio” a vaya a saber qué, Marín lo designó director del Banco de La Pampa por el capital estatal. Fue uno de los responsables de la llamada “cartera sucia” y de que todos los pampeanos nos hagamos cargo de varios millones de pesos de deudas de amigos y punteros del PJ.
Cuando estalló la bronca y hubo un histórico cacerolazo en la sede del BLP, el director por el capital estatal “huyó como rata por tirante”. Fue el más puteado en esos recordados días.
Antes de irse le sacó provecho al cargo. Se quedó con el campo de un empobrecido chacarero que le debía unos pesos al BLP. La maniobra no fue investigada o mejor dicho fue ocultada con la excusa de que no era funcionario. Otra vez el poder lo protegía y le seguía dando impunidad.
A pesar de su prontuario y de su incapacidad manifiesta para estar en la función pública, el ex gobernador Carlos Verna lo designó como ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad. Y su paso por ese organismo terminó muy mal. Llevó a la práctica una política idéntica a su personalidad: violenta y autoritaria. Nunca hubo tantas denuncias de apremios ilegales contra policías que estaban a su cargo.
Se tuvo que ir en medio de un juicio político que le inició un diputado de su propio partido.
Su último paso por la función pública es por demás conocido. Duró 87 días como intendente. El gobierno provincial tuvo que intervenir la Municipalidad por su incapacidad para gobernar y las sistemáticas violaciones a todo orden, regla, ordenanza y ley vigente.
No voy a votar a un incapaz que, si no puede con su propia vida, menos con la de los demás.

P.C.C.